Locke: La grandeza de un hombre comprometido

 


No importa cuál sea el problema, puedo resolverlo. Voy a conducir directo al peor lugar para mí, el peor lugar de la tierra para mí. Haré lo que haya que hacer, me amen a me odien por ello

Ivan a su padre ausente

 

El prestigioso escritor, guionista y director británico Steven Knight nos ofrece una joya cinematográfica que obtuvo numerosos premios y fue muy bien recibida tanto por la crítica como por el público

Locke (2013) nos retrata la historia de un hombre que va conduciendo su automóvil en la simbólica noche (casi interminable noche) hacia el lejano hospital donde nacerá su tercer hijo. Y en ese viaje se comunica por teléfono (en una cascada de llamadas también casi interminable) con todos los que conforman su universo: con la gente del trabajo y con su esposa e hijos que le esperan en su hogar. Y también con Bethan, la mujer que está embarazada de él por un único día de infidelidad conyugal

Toda la película transcurre en ese escenario móvil a la luz de los faros y las farolas, y con tan sólo un intérprete visible (los demás son voces entre las que destaca la de la gran Olivia Colman como Bethan): Tom Hardy quien encarna de forma sublime a Ivan Locke, un hombre que reconoce su error y asume su responsabilidad

Y en ese asumir, todo su universo se va a desmoronar. Y en el proceso de solucionar los numerosos problemas que se le presentarán entenderemos el origen de su actitud responsable y comprometida ante los imprevistos de la vida

Debo advertir que el análisis que sigue contiene inevitablemente spoilers



Merecer ser feliz

Pocas personas lo hubieran arriesgado todo por otra con la que han estado unas escasas horas en intimidad, pocas personas hubieran empatizado con una desconocida que no tiene a nadie en la vida y quiere dar a luz al hijo que ambos sin ser conscientes concibieron

Ese es Ivan, no rehúye su responsabilidad y acepta el deseo de Bethan, apoya a una mujer que no ama porque algo sabe de su dolorosa soledad y quiere que sea feliz, así de claro se lo dice: “mereces ser feliz”

Ivan está acostumbrado a gestionar con aplomo y eficiencia los imprevistos de la vida, sobre todo los que a menudo le surgen en su trabajo como responsable de grandes edificaciones. Lo comprobaremos de inmediato en sus conversaciones con su jefe y especialmente con el hombre que lo sustituye tras su precipitada salida para atender a Bethan

Y aunque Ivan quería explicarle la verdad sobre ese tercer hijo a su esposa Katrina y a sus dos hijos, los imprevistos de la vida esta vez le han pillado desprevenido ya que el bebé va a nacer muy prematuro

Parece que todo se ha conjugado “en su contra” porque precisamente al amanecer de esa larga noche tendría que haber dirigido una gran operación de descarga de hormigón, la más importante de su dilatada vida profesional

Y a pesar de esos dos grandes hándicaps, Ivan no duda en conducir cientos de quilómetros para apoyar a una mujer que merece ser feliz. Grande el corazón de un hombre que es así por naturaleza propia y también por positiva rebelión contra su padre



Hasta las narices

Ivan conduce –controla- de forma impecable el coche, un buen hacer que refleja su forma de tratar a las personas con las que habla, lo que no quita que de vez en cuando acuda algún acceso de rabia que procura no escupir a los demás. Y en ese aluvión de problemas que ha de resolver resulta significativa su congestión nasal que refleja su humano estar “hasta las narices” de su situación

Así, en su conciencia de riesgo personal por esa valiente decisión se pregunta sobre la justicia del obrar bien o el obrar mal

Se lo pregunta en sus diálogos con su padre ya muerto entre tantas llamadas de vivos. Y en esos diálogos íntimos comprendemos la carga heredada que aún arrastra en su incapacidad de perdonar al padre, un hombre alcohólico y drogadicto que los abandonó -a él y a su madre- a su suerte

Y es que ante el padre, Ivan se torna otro radicalmente distinto mostrándose implacable sin atisbo de empatía ni de perdón. Para él su padre fue un hombre cobarde y perezoso que no se enfrentaba a los retos y conflictos, por eso le espeta la diferencia que encarna con un contundente “no importa cuál sea el problema, puedo resolverlo”

Y añade que “voy a conducir directo al peor lugar para mí, el peor lugar de la tierra para mí. Haré lo que haya que hacer, me amen a me odien por ello. Hay que ser fuerte para que no importe lo que ellos piensen. Conduje en esta dirección y habrá una persona nueva cuando llegue allí”



En la cuerda floja

Su jefe, un hombre al que apoda “desgraciado” lo despide por ese irse urgente en el peor momento posible. Pero en su responsabilidad extrema, en el espíritu constructivo –es un constructor constructivo, siempre tiende puentes- que le define, Ivan sigue en contacto con su sustituto guiándole en todo lo necesario para lograr que el proyecto de su vida sea un éxito

En casa la cosa está también complicada. Esa noche precisamente tiene lugar un importante partido de fútbol que sus hijos siguen por televisión añorando la compañía del padre. Las llamadas de Eddie y Sean le informa de cómo va el partido y de cómo está su madre

Porque su esposa Katrina está en shock tras la abrupta confesión de infidelidad de un hombre que en verdad la ama y que se sabe responsable. Así se lo explica Ivan: “cometí un error, no siento nada por esa mujer, intento ir hacia lo correcto esta noche porque está sola y el bebé es responsabilidad mía y sé que se siente al llegar al mundo así” y le ruega a la mujer de su vida que espere a su vuelta para hablarlo con un simbólico “Quiero saber que voy a regresar cuando salga el sol”

Pero Katrina cree que “nunca es una sola vez” y le espeta que siempre estuvo más enamorado de sus edificios para concluir con un duro “esta casa ya no es tu casa”



Cuando salga el sol

Y a pesar de tanto, Ivan se dice a sí mismo que la descarga de hormigón funcionará y que Katrina va a estar bien “En la mañana estará bien. Así es como puede ser, ruego por ello” añadiendo que el bebé crecerá siendo un Locke: “Locke está bien, somos buenos. Porque yo limpié el apellido”. Ese es el principal motivo de su riesgosa aventura nocturna, el transmutar la pesada herencia paterna

En la que a mi entender es la mejor escena de la película lo vemos roto en llanto al oír la voz del pequeño Eddie que le llama para relatarle lo mejor del partido y para transmitirle su confianza en él y en la familia “Mamá estaba llorando, así que ni siquiera lo vio. Pero te lo grabamos, así que tienes que venir a verlo. Tienes que venir a casa, y tengo una idea. Fingiremos que no sabemos el resultado –qué gran asociación entre juego y realidad vivida tal que juego- que está pasando de nuevo en vivo” y le relata ese volver a verlo en el ambiente de armonía del hogar, los cuatro juntos. “Lo haremos, buenas noches papá” es el colofón del niño inocente que confía por su condición y por tener un padre ejemplar como él. Bellísimo

Acaba la película aún de noche con luces de faros y farolas que se desenfocan. Ha llamado Bethan e Iván ha oído al bebé llorar, todo está bien y pronto llegará al hospital para estar con ellos

Aún es de noche, una noche muy larga pero se sabe que amanecerá. Ivan y Eddie creen que amanecerá mejor, confían en que todo se arreglará, confían en que Katrina podrá perdonar el desliz puntual de su esposo. Todo apunta que será así cuando salga el simbólico sol que lo abraza todo

Otra cosa es si Ivan algún día (en algún nuevo amanecer) podrá perdonar al padre y en consecuencia podrá liberarse realmente de la carga heredada que tanto le pesa. Ojalá salga ese sol porque como Bethan, Ivan merece ser plenamente feliz

 

Este artículo es la revisión del publicado en el diario CyL





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