Selftape: Los claroscuros del mundo escénico
Las
hermanas Joana y Mireia Vilapuig nos ofrecen una excelente ficción -de esas que
te involucran- basada en sus vivencias personales que es un retrato intimista de
la dura realidad del oficio de la interpretación. Ellas son las actrices
protagonistas -y así mismo las creadoras junto a la directora Bárbara Farré- de
esta producción de la plataforma Filmin que está considerada como una de las
mejores series nacionales del 2023
Las
Vilapuig alcanzaron el estrellato siendo adolescentes gracias a la exitosa
serie catalana Polseres vermelles (2011-2013) Pero esa fama prematura
pasó y una década después se permiten reflexionar a la luz de sus propias
experiencias escénicas entorno a un oficio que pone a prueba las capacidades
personales mucho más allá de lo estrictamente profesional
Conflicto
agravado
Joana y
Mireia nos confiesan en distintas entrevistas que para ellas Selftape ha
sido una terapia gratificante, especialmente en lo que se refiere a su relación
interpersonal porque ambas han podido ahondar en el conocimiento de la otra
En efecto,
para prepararla hablaron como nunca antes sobre cómo vivieron el proceso de
aterrizaje desde el fulgurante estrellato a la normalidad presente y así mismo de
sus experiencias infantiles, entre ellas sus ansias interpretativas como
protagonistas de numerosos vídeos familiares. Unos vídeos íntimos de los cuales
decidieron incluir fragmentos en la serie, en un gesto que evidencia su
valiente compromiso
Y es gracias
a ese trabajo cara a cara -desde la preparación a la conclusión- que ambas se
han reconocido como amadas compañeras de vida, y al tiempo que como “odiadas”
rivales por el normal conflicto entre hermanas que en su caso se vio agravado a
causa de la durísima competitividad del mundo escénico
Una
potente ambivalencia que está excelentemente retratada y que conforma el eje
central de esta ficción realista que rezuma autenticidad. Porque Joana y Mireia
con bella naturalidad se desnudan anímicamente en sus luces y en sus sombras
humanas para desde esa rotunda verdad abordar con plena legitimidad los
claroscuros de su profesión
Vulnerabilidad y límites
En este
sentido, se nos muestra cómo abruptamente se despide a una actriz que había
sido seleccionada tras numerosas pruebas; Joana escucha entre incrédula y
molesta las patéticas excusas del director de la película para prescindir en
plenos ensayos de la protagonista que él mismo eligió
Y así
mismo nos ponemos en su piel cuando Joana asiste a un concurrido casting (ese tener
que demostrar en competencia con compañeras) y es bombardeada con todo tipo de
preguntas personales que exceden lo profesional
Por su
parte, vemos a Mireia aceptando sustituir a su hermana en esa película de época
-una aceptación que desencadenará tempestades fraternales- y cómo se siente
ella cuando ese director sin empatía cambia algunas escenas para enfatizar el
erotismo de su personaje
Ambas se
sienten incómodas y vulnerables ante el arbitrario obrar de sus empleadores
quienes sin rubor alguno traspasan los límites de lo aceptable para manipular a
sus actrices confundiendo el personaje con la persona que lo encarna
En este
sentido es poderosa la imagen de las hermanas desnudas en la bañera familiar abrazándose
a sí mismas en apoyo mutuo, las dos se saben y se reconocen muy vulnerables
ante las malas artes de su oficio
Un oficio
duro por esos excesos y más (por ejemplo, las incómodas escenas de sexo
explícito que no siempre son bien tratadas); y especialmente duro por su
carácter intermitente porque salvo honrosas excepciones los actores pasan por
sufridos periodos de inactividad
Por tanto
en contra, Joana se descarga en desilusión ante una joven que sueña con ser
actriz creyendo que todo ese mundo es maravilloso:
“Es muy
difícil mirar a la niña que fuiste y soñaba con ser actriz y decirle que a lo
mejor te has equivocado, y que a lo mejor esto no era lo que tenías que hacer”
Empoderamiento
Ante esa
dura realidad, las hermanas Vilapuig proponen como solución el empoderamiento
personal. Así se nos plantea en Selftape gracias a su bello final en el
que las ficciones -esa obra audiovisual de época y otras en las que ellas
trabajan por un lado, y la propia serie por el otro- se solapan
esperanzadoramente
La
pedagogía -aplicable al oficio y en general- está pues en llegar a aceptarse y
quererse, en crecer como persona superando miedos e inseguridades, en aprender
a poner límites. Poner límites y si es necesario ser capaz de renunciar a un trabajo
en el que no se te respeta asumiendo los riesgos. En definitiva, ser valiente
Joana y
Mireia entiendo que lo son puesto que se han trabajado tanto individualmente como
en pareja fraternal mostrándonos sus luces y sus sombras -y las del mundo
escénico- con voluntad de ayuda para quienes -como ellas- busquen forjarse una voz
propia












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