Los pájaros: Del miedo y la naturaleza animal


En el fondo, sabemos que al otro lado de cada miedo está la libertad (Rabindranath Tagore)


Tuve miedo porque estoy desnudo, por eso me escondí (Génesis)

 

El mítico director británico Alfred Hitchcock dirigió en 1963 esta inquietante obra cinematográfica en la que los animales alados atacan a los humanos sin aparente motivo. Su tensión va creciendo hasta llegar a un final desasosegante. Es de resaltar la ausencia total de música (recurso casi obligado en películas del género suspense-terror) que es sustituida brillantemente por los sonidos de las propias aves; y así mismo son notables sus logrados efectos visuales (y más teniendo en cuenta la época en que fue creada)

Los pájaros es todo un clásico de culto, una obra maestra en la que anidan (nunca mejor dicho) numerosas escenas que forman parte del imaginario de todo buen cinéfilo

 




Miedo, miedos

El miedo, ese inseparable compañero que puede ser útil en algunos casos como mecanismo de protección-defensa. Pero también el miedo limitante que nos impide abrirnos a lo incierto, a lo nuevo

 

En efecto, a veces puede ser útil huir de lo que nos produce el miedo, pero en ocasiones no podemos hacerlo porque no sabemos de qué huimos y hacia dónde huir o bien porque estamos totalmente paralizados por él; y es que el miedo puede llegar a paralizarnos-anularnos

 

Parece que el miedo primario es el miedo a la muerte, el miedo a dejar de existir. Y asociado a él, el miedo a la degradación por el tiempo que conduce finalmente a la muerte. Pero hay otros miedos en nuestro ser como son el miedo a las fuerzas de la naturaleza externa e interna, a la entrega total a otro-s o amor verdadero, al dejarse ir, al mostrarnos-desnudarnos, a perder a alguien, a no tener nada, al fracaso, a la soledad… Infinitos miedos que están en nosotros y nos acompañan consciente e inconscientemente

 

Porque el miedo a menudo lo produce aquello que no se ve o aún no se ve, pero sí se intuye. Un miedo ese que está comúnmente asociado a la incertidumbre y a la oscuridad o a la ausencia de la necesaria luz del ver-conocer-saber

 

En este sentido podemos afirmar como el gran Tagore en la cita del encabezado que tras un miedo suele haber una limitación personal a superar. Así podemos entender los miedos como “tesoros” que tienen un significado y que son por tanto todo un reto personal

 

Para finalizar esta introducción, destacaré que a nivel social siempre ha habido interés por parte de gente sin escrúpulos en utilizar el miedo de los demás para su propio beneficio; los que ofrecen "seguridad" desde su poder sin favorecer el necesario empoderamiento a los otros, los que dominan-manipulan a los demás a través del miedo, los que mercadean todo tipo productos generando miedo al potencial consumidor… Se puede decir que ellos “viven” del miedo ajeno

 

En el fondo esto es lo que también hizo el maestro Hitchcock. Pero en su caso se agradece porque, si bien “vivió” del miedo ajeno, lo suyo es espectáculo para todos y es también enseñanza para quien quiera comprender mejor la naturaleza humana, especialmente la naturaleza profunda de nuestros miedos





Mujeres entorno a un hombre

La película pone el foco en cómo viven el inquietante comportamiento de los pájaros las personas protagonistas, un hombre y “sus” mujeres. Él es Mitch (Rod Taylor) quien conoce a Melanie (Tippie Hedren) en una tienda de animales de la ciudad. Ambos se atraen e inician un inteligente juego de coqueteo mostrando personalidades fuertes. Ella es una mujer valiente y decidida, características que la llevan a tomar la iniciativa para reencontrarle

 

El reencuentro se produce en la localidad costera donde viven las otras mujeres de Mitch quien está pasando el fin de semana en su hogar de infancia donde viven Lydia (Jessica Tandy) su madre viuda y Cathy (Veronica Cartwright) su jovencísima hermana. Y en el pueblo también reside Annie (Suzanne Pleshette), la maestra con la que hace tiempo él tuvo una relación

 

Hitchcok nos va desnudando progresivamente a las tres mujeres adultas y libra del análisis a la pequeña Cathy y al propio Mitch. Pronto descubrimos que la niña está en la historia como reflejo de la niña abandonada que fue y es Melanie (su madre la abandonó a la misma edad que ella tiene ahora)

 

El casi no desnudo de Mitch indica -a mi entender- que el principal interés del director está en la naturaleza femenina. Y a la vez de alguna manera es como si algo de él mismo se reflejara en su personaje

 

En efecto, Mitch es un hombre que se mueve entre varias mujeres que lo adoran, él las protege y muestra capacidad de “aguante” ante sus manifestaciones desagradables. Pero a diferencia de Hitchcock, su personaje no tiene tanto interés por indagar lo que se mueve en ellas y de este modo poder llegar a conocer-entender su rica naturaleza femenina

 

Una naturaleza femenina que descubrimos principalmente gracias a las conversaciones que mantienen con Melaine tanto Annie como Lydia. Melaine además de ser valiente se nos muestra como una mujer intuitiva con gran capacidad observadora ante todo lo que ocurre, especialmente en lo que se refiere a Cathy y Lydia. Pero también la vemos fuera del entorno cercano que tanto le interesa dándose cuenta de lo que otros no ven, dándose cuenta por ejemplo del peligro potencial cuando un hombre se dispone a encender un cigarrillo junto a un reguero de gasolina que ni él ni nadie ve

 

Y por su parte la maestra se nos presenta como una mujer que aún ama a Mitch, una mujer que no supo posicionarse con Lydia quien recela de toda pareja de su hijo, una mujer que vive en el pueblo sólo por estar cerca de él cada fin de semana, una mujer cuya vida gira en torno a Mitch

 

Pero el retrato más elaborado es el de Lydia, la matriarca tiene mucho miedo; desde que murió su esposo se siente sola y desprotegida, por eso recela de las mujeres que quieren a Mitch

 

Y su desamparo también la limita como madre de la pequeña Annie. Así, en muchas escenas de tensión-miedo vemos como la niña acude a Melaine para que la proteja, ella lo hace y con ese gesto maternal también protege a su propia niña abandonada. Consciente de sus limitaciones, Lydia se desnuda ante Melaine: “Ojalá fuera más fuerte. Perdí a mi marido, es terrible depender de la fortaleza de otra persona y luego perderla de repente y quedarse sola”

 

Esa mayor definición de la madre es también significativa. El interés por el rol de la madre no se da sólo en el retrato de Lydia, se aprecia también en el incidente de una madre que protege a sus hijos durante uno de los ataques de las aves. La mujer se encara con Melanie preguntándole por qué atacan los pájaros asegurando que todos los del lugar dicen que aparecieron a su llegada, “creo que usted es el diablo” sentencia ella totalmente fuera de sí


Esa madre que se enfurece ante el peligro de que algo les pueda ocurrir a sus hijos encarna el arquetipo de la madre enfurecida-imprevisible-indomable capaz de todo en un contrapunto humano de la madre naturaleza aviar enfurecida-imprevisible-indomable que la amenaza a ella y a toda su comunidad





Madre naturaleza

Mitch y Melanie se conocen en una tienda de animales de la ciudad, un lugar donde se les encierra fuera de su hábitat natural, un lugar donde se comercia con los animales. Los humanos como animales racionales que pretenden olvidarse de su condición animal y que se rodean de otras especies a las que domestican a su antojo

 

Y más allá, los humanos que explotan a los animales como herramientas de trabajo o como alimento. En la película se cita a las gallinas y a los pollos. Las gallinas que se niegan a comer el pienso como anticipo a la rebelión aviar que se avecina, y la contundente imagen de los pollos que devoran en el bar con normalidad las personas que horrorizadas hablan sobre los “salvajes ataques de las aves”

 

De este modo Hitchcock parece plantear que la naturaleza salvaje animal no quiere ser domada ni maltratada y que en ese no querer podría encontrarse una explicación a sus ataques. Se intuye un doble mensaje: una visión crítica a la explotación-dominación animal (y por ende de toda la naturaleza) que los humanos tendemos a ejercer en nula empatía y análogamente un apunte psicológico a nuestra propia naturaleza animal que nos inquieta e intentamos controlar desde la razón

 

Los humanos sometemos y matamos a los animales, comemos su carne e incluso nos vestimos con sus pieles (así vemos a Melaine en la película) pero cuando un animal mata a “nuestros” animales humanos vamos a por él sin la más mínima autocrítica

 

De este modo se han casi erradicado en muchas regiones especies como los lobos o los osos; matar animales ha pasado de ser una necesidad alimentaria a ser un ejercicio de poder que es incluso premiado y considerado como “deporte” o “espectáculo” 


¿Tienen derecho pues a rebelarse los animales como parece plantear la película? ¿Es el ojo por ojo, diente por diente una solución? Entiendo que no, pero sí que el planteo del ataque apocalíptico es una contundente manera de invitar a la reflexión en un tiempo el de la década de los sesenta del pasado siglo en dónde pocas voces lo hacían (la excepción española fue el gran Félix Rodríguez de la Fuente). Una reflexión de entonces que desafortunadamente sigue siendo actual

 

Reflexión paralela es la de qué hacemos los humanos con nuestra propia naturaleza animal salvaje. Animalidad que entiendo asociada fundamentalmente a la feminidad, a la componente femenina tanto de los hombres como de las mujeres, componente que suele estar más a flor de piel en las féminas

 

Lo salvaje nos acostumbra a asustar por sus formas, nos suele sorprender por ser a menudo impredecible… La animalidad salvaje humana no se puede controlar porque es pura fuerza de la naturaleza, se puede reprimir o castigar pero en el momento más inesperado reaparecerá y probablemente con mayor intensidad

 

Comúnmente se utiliza la racionalidad para negarla, reprimirla o dominarla… pero esa misma luz del intelecto-razón represor puede emplearse para acercarse a entenderla; es importante el darse cuenta de que podemos optar por uno u otro uso. A mi entender quien no quiera comprender lo que le ocurre (a uno mismo o al otro), quien no quiera averiguar que esconde una manifestación incómoda tenderá a catalogar esa exteriorización de la animalidad salvaje como inferior, impropia e ilegítima obviando lo que es: legitimidad natural del animal que somos que busca ser comprendida-amada-integrada

 

Es simbólico que esta animalidad no integrada se nos muestre en la película a través de los pájaros. Los pájaros, los animales que son capaces de volar, una capacidad maravillosa que no tenemos por naturaleza los humanos. Los pájaros que precisamente por volar son considerados símbolos de liberación-libertad, del dejarse ir venciendo los miedos, de la superación de las limitaciones… también de las buenas noticias (como un “tierra a la vista” en las travesías marítimas) y de la ansiada paz (la paloma blanca). Hitchcock nos presenta a los pájaros en oposición-inversión a esta placentera imagen, se nos muestran en cruenta rebelión como buscando acabar con nuestra desconectada especie…




Desasosiego

Esa es la sensación con la que finaliza la película, el desasosiego del no atisbar solución al enorme conflicto-problema. La amenaza de una espiral creciente de caos que empieza a extenderse a más territorios. El miedo al inminente fin de la humanidad que egoístamente e ingenuamente asociamos al fin del mundo tal y como pregona un parroquiano del bar

 

Sólo unos pocos rayos de luz en este oscuro horizonte que simbólicamente vemos en la última escena con un sol entre nubarrones:


Uno es la valiente actitud mostrada en todo momento por Mitch que sin decir casi nada viene a transmitir: vamos a salir de esta, no tengo ni "puñetera" idea de cómo, pero vamos a salir de esta. Mitch encarna en sí la necesaria seguridad y aplomo ante la incertidumbre que no cesa


Y el otro rayo luminoso es la renovadora asunción de la madre protectora-amorosa por parte de Lydia con Melaine, la vemos abrazar con ternura a una joven valiente que esta en shock tras el duro ataque final recibido, ataque que casi le cuesta la vida. Una cambio de actitud que puede beneficiarlas a ambas (y a la hija real), la madre que recupera su rol-seguridad y la hija abandonada que encuentra una mujer en quien apoyarse en los momentos difíciles

 

Ténues luces ambas ante un panorama desasogante que hace que el espectador acabe la vision del filme con mal cuerpo. El mal cuerpo del miedo ante lo que no se comprende bien y por tanto no se sabe cómo disolver-solucionar. Allí quedó y sigue quedando en nosotros por obra y gracia del maestro Hitchcock quizás a la espera de un “darse cuenta” real que acabe con nuestra histórica desconexión de la naturaleza animal que nos rodea y somos


Este ensayo es la revisión del publicado en el diario CyL

 





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