Memory: Amar entre los derrumbes
Un beso perfecto
ausente de todos
un beso
que logra traspasar
las diferencias
un beso que nos dice
que sí es posible el
amor
en medio de los
tiempos
y las ciudades que
se derrumban
Luis Cruz Villalobos
Michel Franco
nos ofrece una sensible y original historia de amor que es a la vez una reflexión
sobre el valor de la memoria. En una entrevista concedida a la revista Cinemanía
nos transmite su sentir:
“Perder
la memoria, perder la cabeza, es uno de mis grandes miedos. Si pierdes la
memoria y dejas de recordar quién eres y de dónde vienes ¿sigues siendo tú
mismo?”
En ese
dilema se encuentran los dos personajes protagonistas de Memory
(2023): Sylvia (a la que da vida la siempre excelente Jessica Chastain) una
mujer ex alcohólica que trata de olvidar su traumático pasado familiar y Saul
(Peter Sarsgaard, en sublime interpretación) un hombre con dificultades para
recordar por su incipiente demencia. Ella busca librarse del recuerdo para
reflotar y él busca no olvidar para evitar hundirse
Explica también
el realizador mexicano que la película se gestó a partir de una sola idea: tras
asistir a una reunión de antiguos alumnos, una mujer es perseguida por un
extraño. Y confiesa que inicialmente se planteó retratar una historia de
venganza donde la violencia tuviera su protagonismo tal y como habitualmente ocurre
en sus películas. Pero al desarrollar esa idea primigenia se decantó por alumbrar
una peculiar historia de amor entre la perseguida y el perseguidor
Cabe
resaltar que se trata de una gran escena la de esa persecución inquietante en
la que Sylvia proyectará sus negras sombras sobre el blanco confuso de un Saul
que actúa por un impulso difuso
Rotos
y juntos
Porque tanto
ella como él están rotos. Sylvia se mantiene en mínimos por su hija adolescente,
de hecho desde que quedara embarazada no ha vuelto a refugiarse en la bebida
pero sigue asistiendo a las reuniones de alcohólicos anónimos para evitar
posibles recaídas. Y trabaja en los servicios sociales, una voluntad de ayuda
al necesitado que se entiende como reflejo de su propia penuria no resuelta
Y él
convive sin ganas con su distante hermano quien a menudo se excede en su
proteccionismo lo que hace que Saul se sienta rebajado y aún más roto en su
difícil lidiar con su desconcertante pérdida de memoria
Todo
cambia a partir del momento en que Sylvia se da cuenta de su error al confundir
a Saul con un acosador y entra en el mundo de ese hombre amable, ambos se irán
acercando de una manera inocente, dulce y respetuosa que Franco retrata con
gran naturalidad y sensibilidad
Y es que
Sylvia y Saul se convierten en íntimos, lo suyo es un amor puro entre dos
personas adultas complejas que se sienten comprendidas y apoyadas. En este
sentido, sorprende verlos a menudo actuando como jóvenes primerizos y en su
mostrarse sin imposturas nos regalan momentos ambivalentes muy emotivos como el
de Sylvia desnuda en la bañera desesperada tras enfrentarse a su familia junto
a un Saul vestido por resbalar en su noble afán cuidador
Esa es
la mayor baza de Memory, la autenticidad de su retrato a dos personas de
ricos matices en su descarnada vulnerabilidad. Una excelencia que nace de la profunda
mirada de Franco y se fragua gracias a la grandeza interpretativa de la pareja
protagonista que convierten en reales y próximos a sus personajes
No se pierdan
esta esperanzadora película entorno a un amor entre derrumbes que nos invita a
reflexionar sobre el valor de la memoria y el poder de amar en alma desnuda
Memory
se estrena en España el próximo jueves 19 de Junio
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