Mi tío: Cuestionando la “vida moderna”
Miro al mundo con sentido crítico, pero con amor
Jacques Tati
El
genial y polifacético artista Jacques Tati recibió un premio Óscar por su
entrañable Mi Tio (1958), comedia en
la que hace gala de su característico humanismo con ese exquisito sentido del
humor y esa excepcional mirada crítica “pero con amor” suya que lo convierten
en un referente cinematográfico atemporal. Y como ocurre en todas sus películas
debido a su condición de mimo los diálogos son escasos y la banda sonora
musical se convierte en destacada protagonista
Debo
advertir que este análisis contiene spoilers
Máquinas, aparatos,
materiales sintéticos y estética de diseño
Mi tío es una crítica a la incipiente “modernidad” de la época
y que hoy en día está tan arraigada en nuestras sociedades “avanzadas”; Tati se
nos muestra como genial visionario de lo que es dominante en nuestro mundo
actual
Por un lado están las máquinas o aparatos tan omnipresentes en nuestras vidas. Aparatos o dispositivos que casi lo “solucionan” todo; la tendencia es que ya no es necesario utilizar ni desarrollar determinadas capacidades-cualidades humanas puesto que en el mercado hay un producto que lo hace “mejor” y/o más rápido
Así, por ejemplo, el tradicional fuego lento del hogar para elaborar
los alimentos (con sus aromas, su ensuciarse, su compartir, su disfrutar…) se
substituye por robots, hornos y placas “eficaces”, rápidos, limpios… que
convierten el arte de cocinar en la técnica de procesar alimentos en cocinas
“laboratorio”(en la película la cocina de la hermana es así); o el caso de los
automóviles modernos equipados con navegadores que hacen que la aventura de
viajar (el perderse, el descubrir…) sea algo para nostálgicos. Y tantos
ejemplos en casa, en el trabajo, en los transportes, en el ocio… en toda la
“vida” del día a día de nuestras sociedades del siglo XXI (exceptuando algunos
pocos lugares que aún no han sido “colonizados”)
Paralelamente,
nos hemos ido rodeando de materiales nuevos de fabricación industrial que se
presentaban como muy “prácticos” por sus “mejores propiedades”. Con el tiempo
hemos visto que muchos tienen una elevada repercusión en el medio ambiente, los
plásticos son claros exponentes de ello
Tati
sitúa precisamente su punto de mira en ellos. Su cuñado Charles dirige una
fábrica de plásticos y en la casa familiar hay muchos utensilios de este
material substituyendo a otros tradicionales como son el vidrio, la cerámica,
la madera, los tejidos naturales…
Vemos
al legendario cómico encarnando a su mítico alter ego Hulot en esa vivienda jugando
a botar una jarra esférica plástica y estrellando un vaso de cristal creyendo
que este era del mismo material irrompible. El predominio del plástico y otros
materiales sintéticos, los omnipresentes aparatos y mecanismos, junto con la
falta de elementos naturales en la decoración crean en esa vivienda un ambiente frío y
artificial que es la antítesis del calor de hogar. Incluso se nos muestra a su
hermana satisfecha cuando le regalan flores de plástico ya que son duraderas,
por lo tanto “mejores” que las naturales
A
todo ese conjunto se le añade la priorización del diseño sobre la utilidad y el
confort tanto en la arquitectura como en la decoración. Ese mostrar como un
mostrar visionario, sabemos que en la actualidad demasiadas artes se han
convertido en técnicas donde parece que la sana expresión propia lleva a muchos
profesionales y/o artistas a lo absurdo o a lo aberrante por priorizar el ser
reconocido como único; de esta forma se olvida la antigua esencia de la
maestría
Así,
la arquitectura de diseño (en la película es protagonista la mencionada
vivienda familiar de la hermana) parece tender a olvidar el arte constructivo:
la belleza de la integración de la construcción en el paisaje y cultura local,
la adecuación a las condiciones climáticas propias del lugar, la evitación de
problemas básicos (humedades, goteras…), los principios de armonía
edificio-persona, la facilidad en el mantenimiento y la limpieza… Parece como
si el diseño quisiera olvidar o despreciar a la naturaleza, buscando crear una
“realidad” más allá de ella. A mi entender, se pretende estar por encima de la
naturaleza como forma equivocada de autoafirmación, como intento de dominio de
todo. Un querer dominar que a menudo esconde el miedo-incomprensión de la
naturaleza externa a la que pertenecemos y de nuestra propia naturaleza interna
La uniformización
En
el film se nos muestra un barrio en construcción con los típicos edificios de
hormigón que por aquella época empezaban a proliferar. Edificios a menudo
impersonales en los que dominan las líneas rectas y que tienden a la
uniformización de las ricas diferencias de cada lugar. Tati en su posterior
película Playtime es más directo en su crítica a la
uniformización; presenta un París despersonalizado igual a cualquier otra
ciudad moderna, sólo fugazmente un reflejo en un cristal permite a una turista
asombrarse de lo propio-auténtico al ver la Tour Eiffel. Y en el mismo film se
nos muestra una agencia de viajes llena de imágenes de distintos destinos
internacionales con el mismo rascacielos impersonal en todas ellas ocupando
todo el protagonismo y tan sólo alguna pequeña nota distintiva del lugar a los
márgenes
En
Mi tío la uniformización es mostrada
también en los coches. A pesar de que cada coche se nos presenta diferente en
su forma o color, todos siguen las mismas pautas de ordenación. Un orden
estricto con las sendas marcadas y rotuladas para que “nadie se pierda o se
salga” (sobran comentarios). Así los vemos en perfecta formación camino del
trabajo o la escuela donde cada niño sale del coche paterno con la precisión de
una cadena de montaje
Limpieza y orden
Hay
personas que parecen tener obsesión con el orden y la limpieza. Así, su día a
día se planifica al detalle, todo su mundo es “perfecto”, todo ha de estar
controlado y previsto…; nada debe alterarles ese micro-cosmos lineal y
repetitivo donde creen estar “a salvo”. En la película la hermana de Hulot
encarna esta forma de ser, su casa está muy limpia y ordenada; la vemos coger
como con pinzas al perro cuando viene de la calle, recoger la única hoja sobre
el suelo del jardín, limpiar hasta las manillas de las puertas del coche de su
esposo…
A
mi entender, tras ambas manías suele esconderse un rechazo a la naturaleza que
en ocasiones es “sucia” y “caótica”. Es una manera de intentar controlar la
naturaleza para convertirla en algo más estático, algo menos vivo, algo menos
“peligroso”. Se teme a la naturaleza externa y se teme a la naturaleza interna.
La limpieza obsesiva acostumbra a ser reflejo de la limpieza de una o uno, de
la limpieza de los instintos o deseos que se creen “pecaminosos” (especialmente
los sexuales). Y el orden excesivo a menudo significa el ansia de
control-dominio de todo, de todos los procesos naturales no comprendidos y por
tanto temidos. Procesos que son propios de la rica naturaleza externa e interna
del ser vivo que somos, procesos que tienen en el caos algo para
mostrar-enseñar, procesos que claman la destrucción de lo falso, procesos que
quieren la comprensión profunda, procesos que ansían la aceptación y el abrazo
para el bien de cada persona, para el bien de todos y todo
Culto al trabajo
En
nuestra sociedad para muchos el trabajo es un valor primordial; parecen
entender el trabajar como la mejor señal de “responsabilidad y seriedad” de una
persona. De alguna manera se ha instaurado la idea de la necesidad del trabajo
es-forzado para llegar a ser alguien. Incluso a algunos les incomoda el ocio y
el tiempo libre entendiéndolo como si fuera cosa de “vagos”
Paralelamente
entiendo que hay personas que encuentran en el trabajo un buen refugio para no
plantearse nada, la actividad como distracción ansiada a una situación personal
que se prefiere eludir. Es una forma de evasión “buena” versus otras
consideradas “malas” (el juego, el alcohol, las drogas…) Una señal típica de la
adicción al trabajo es el “¿que tenía que hacer?” cuando se para o se descansa.
Todo para no darse la oportunidad de no hacer nada y abrir la puerta al
reflexionar sobre el “que me-nos está pasando” de uno mismo y del entorno
cercano (pareja, hijos…)
En
la película vemos a la madre ordenando a su hijo todo lo que tiene que hacer
paso por paso y este lo va haciendo sin contestar, ella lo expresa con claridad
a una visita “que difícil es hacerse obedecer”. También esa mujer “pulcra” le enseña
orgullosa a su esposo como el niño está estudiando mientras verbaliza su
entender: “mira que bien trabaja, como su padre” (pero luego vemos que los
engaña a ambos, y es que afortunadamente está jugando porque es un niño y no un
adulto que ha olvidado a su niño interior)
Pero
en el barrio antiguo donde vive Hulot el trabajo no es lo más importante. Tati
nos muestra al entrañable barrendero que habla y habla con todos los vecinos,
parece que se va a poner a trabajar con un montón de basura pero vuelve a la
conversación; o al tendero que descansa en una terraza bar tranquilamente
mientras una anciana compra y deja las monedas
Y
los trabajadores de la fábrica charlan entre ellos o se toman descansos siempre
que pueden; vemos cómo cuando llega Charles con su perro por delante, todos se
ponen a trabajar al ver al animal
Afortunadamente para mucha gente el trabajo no es lo primero. Habría que diferenciar a los artesanos y gente con vocación (en cualquier ámbito) que sienten realmente su oficio. Para ellas o ellos no es trabajo sino disfrute; y aún así muchos coincidirían en que lo más importante son las personas con las que comparten su vida
Saber vivir
A
mi entender, saber vivir significa disfrutar al máximo del día a día a pesar de
las limitaciones y dificultades a las que todos nos vemos sometidos. Ser libre
a pesar del entorno-sociedad
En la película Hulot encarna ese saber vivir. Vive en una comunidad donde la gente se muestra con autenticidad y vivencian en común fuera de sus muros particulares, los vemos casi siempre en la calle, hablan-discuten tal y como son, se tocan, lloran y ríen de verdad, trabajan solo lo necesario, viven sin prisas… Hulot está perfectamente integrado en su barrio, es formal pero tiene un punto pícaro y vital que le hace muy cercano a su sobrino, a los niños en general, a los perros, a los pájaros (son geniales las escenas donde lo vemos orientando el reflejo solar en su ventana hacia un canario para que este sea feliz y cante), a las mujeres (a quienes hace reír)… Se nos muestra un hombre que teniendo pocas pertenencias materiales posee mucho de lo que en mi sentir vale: el saber vivir. Hulot es rico de verdad, sabe vivir, sabe amar la vida
En
cambio su hermana y su cuñado teniendo todos los medios materiales no saben
vivir. “Viven” trabajando, y se nos muestra como en sus escasos ratos libres
ambos se quedan en casa sentándose a ver el televisor con poca comunicación.
Esta falta de diálogo queda patente en la escena donde hablan sin ser
escuchados, ella no le oye con el estruendo del aspirador y él tampoco con el
ruido de la máquina de afeitar (de nuevo las máquinas). Además la vivienda está
en un barrio residencial donde cada cual tiene su parcela vallada, allí no hay
vida en la calle. En consecuencia hay poco contacto con los otros vecinos y
cuando se da el contacto es pobre; son gente elitista que no saben de
autenticidad, son gente que prioriza las apariencias, actúan interpretando un
papel aprendido que les encorseta impidiéndoles ser de verdad ellas o ellos
mismos. Tati nos lo muestra especialmente en la genial escena de la hermana y
una visita hablando de trivialidades con entonaciones y posados falsos en el
camino sinuoso que atraviesa el jardín.
En
este contexto vemos como Charles tiene dificultades para conectar con su hijo
que nota la diferencia entre su manera de ser-vivir y la del tío Hulot
Los
niños (como los animales) viven en el ahora sin pre-ocuparse, experimentan todo
desde la novedad, no les gustan las normas (en especial las arbitrarias), no
entienden la “lógica” adulta. Una niña o un niño quiere descalzarse, ellos van
directos a saltar al charco, disfrutan ensuciándose, son desordenados… Los
niños juegan y tienen su propio mundo, un mundo de fantasía donde todo es
posible; su manera de vivenciar lo que ocurre es única, es diferente, a menudo
es sorprendente. Así, niñas y niños encarnan la naturaleza libre humana, el
germen del saber vivir
Gerard
es el niño que no puede serlo cuando está en casa con sus padre; el ambiente
allí le resulta irrespirable, es un ambiente de control, de asepsia maniática y
de culto al trabajo. Hulot mantiene su niño interior vivo, por tanto sabe jugar
con complicidad y entiende el mundo de su sobrino. Gerard es feliz yendo en
bici con su tío, yendo al barrio de este donde los niños juegan libres y hacen
gamberradas por las calles sin importar la limpieza (incluso vemos a un
vendedor de buñuelos poner azúcar con las manos negras de carbón), allí lo
aceptan como uno más, allí Gerard vivencia, allí es niño
Esta
situación provoca celos en el padre a quien vemos censurando continuamente a
Hulot diciéndole a su mujer que es una mala influencia para Gerard. Y consigue
convencerla para que lo trasladen a otra fábrica de la compañía lejos de allí
Se
nos muestra al tío marchando alegre evitando así que Gerard pueda sentirse mal,
justo cuando ya se ha ido vemos como el padre silba a Hulot quien no le oye.
Pero sí lo oye un hombre que se gira golpeándose con una farola (tal y como
hacen siempre Gerard y sus amigos jugando) Inmediatamente se esconden padre e
hijo, Gerard le coge de la mano sonriendo a lo que Charles sonríe también con
satisfacción. Empiezan así a ser cómplices, algo que ambos necesitaban
En
ese empático retirarse y a través de su personaje, Tati refleja su gran
humanidad. Hulot antepone el bien de su amado Gerard e incluso el de Charles a
su propio sentir facilitando con su gesto de verdadero amor que hijo y padre se
reencuentren. Sublime ser y obrar el suyo
Aire fresco
La
bella escena final transcurre en el barrio antiguo que define el pálpito de
Tati, se nos muestra a los perros libres vistos desde una ventana abierta con
una cortina muy transparente mecida por el suave viento. A mi entender ese haiku
visual simboliza la apertura al mundo, la visibilidad sobre lo que ocurre fuera
y a la vez la invitación a mostrar lo que sucede dentro. Y es también el
necesario aire fresco que renueva el hogar. El hogar, ese espacio interior
propio de una o unas personas que conviven. En esta imagen de sencillez, de
naturalidad, de autenticidad, de libertad, de paz y de amor Tati nos ofrece el
hogar que en el fondo todos anhelamos
Gracias
maestro Tati, mimo y comediante. Gracias por tu saber hacer sonreír, por tu
mirada amorosa a todo. Gracias por el aire fresco de tu artesanal obra
Este
ensayo es la revisión del publicado en el diario CyL
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