Bye bye Tiberias: Memoria femenina de la estigmatizada Palestina

 



Detrás de nuestras sonrisas, sé que el miedo está latente en nuestro interior. ¿Y si todo lo que nos queda de este lugar desaparece?

Lina Soualem

 

Tras indagar sus raíces paternas argelinas en Leur Algérie (2020), la parisina Lina Soualem se adentra en la Palestina materna de la mano de su progenitora la gran actriz Hiam Abbass. En efecto, Bye bye Tiberias (2023) retrata el sentir de su madre -quien dejó atrás su tierra para desarrollar su oficio en la capital francesa- y de las mujeres de su familia

Un retrato íntimo que pone necesaria luz a las sombras familiares, porque en su regreso Hiam dialoga con su madre y hermanas y juntas evocan a la corajosa abuela quien como todos sus vecinos árabes fue obligada a abandonar su pueblo a orillas del lago Tiberias, una tierra que pasó a ser habitada por los exiliados judíos

Y en ese cuidadísimo alumbrar la memoria femenina de un clan palestino hasta los orígenes del conflicto árabe-israelí allá por el año 1948 cuando se creó el estado de Israel, la voluntad de que su dura verdad pueda servir para entender mejor la compleja realidad de un conflicto que no cesa y que afecta especialmente a la población palestina

Una guerra antigua –la más antigua de las guerras actuales- con periodos "fríos" y calientes de la que ambas comunidades son en mayor o menor medida responsables, fundamentalmente por su desaprovechar las pocas oportunidades de firmar acuerdos bilaterales (especialmente en los años previos a la abrupta creación de Israel). Una guerra antigua no resuelta que “enmuralla” a los temerosos “vencedores” y asfixia hasta límites insoportables al sometido pueblo palestino

Y se da la conocida circunstancia de que esa realidad retratada en Bye bye Tiberias ha empeorado muchísimo en nada de tiempo. En efecto, al poco de acabar el rodaje se produjo la masacre terrorista propiciada por combatientes de Hamás sobre ciudadanos judíos cerca de la "amuralladísima" frontera entre Gaza e Israel. Más de mil muertes extremadamente cruentas (la mayoría civiles) y más de doscientos rehenes. La más grande operación árabe contra el estado hebreo desde la guerra que sucedió a la no consensuada creación de Israel

Tras ese horror mayúsculo que estremeció al mundo, la también conocida –aunque no tan reconocida internacionalmente- creciente represalia israelí que ha provocado miles de muertes civiles entre la población árabe y la enésima anexión de numerosos territorios palestinos

Tanto los actos terroristas de Octubre de 2023 como la muy desmesurada respuesta del estado israelí han derivado en la orden de arresto de los líderes de ambos bandos por parte de la Corte Penal Internacional acusados todos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad

Y Amnistía Internacional califica como genocidio la inhumana ofensiva israelí sobre Gaza que recuerda a la sufrida por los propios judíos en manos de los nazis. Como decía Gandhi “ojo por ojo y el mundo quedará ciego”

 


Desnudo con compromiso

Pese a tanto, en Lina y en Hiam anida la necesidad de abrir miras con voluntad resolutiva. Un abrir miras que empieza por uno o una misma, por el entorno cercano…

En una entrevista concedida al diario El País la joven realizadora confiesa que a su madre le removió mucho ese desnudo íntimo. No le fue fácil interpretarse a sí misma a la brillante actriz de series como Succession (2018-2023) y Ramy (2019-2022) y de películas comprometidas como son Los limoneros (2008) y El último suspiro (2024)

Quizás su compromiso con la causa palestina fue un factor determinante en ese acabar aceptando ser el centro de la historia retratada. Y es que en distintas obras audiovisuales de su dilatada filmografía, Hiam da vida a personajes corajosos que se enfrentan a la dura realidad de su gente. Es el caso de la citada Los limoneros de Eran Riklis en la que con su habitual potencia interpretativa encarna a una mujer viuda que se enfrenta a las autoridades israelíes en su negativa a arrancar sus ancestrales limoneros como le exigen sus poderosos nuevos vecinos judíos. Una película judía y sin embargo muy crítica con la prepotencia del estado israelí y su estigmatización de la comunidad palestina

De seguro que el veterano realizador israelí y la propia Hiam estarán profundamente consternados con la oscurísima espiral actual. Cuánto cuesta concienciar a los de tu comunidad y qué pronto se desmoronan los esfuerzos pacificadores cuando actúan los ciegos radicales de cada bando… Esa ceguera histórica que Gandhi denunciaba y que nos impide avanzar hacia un mundo más humano

 


Tradición asfixiante versus familia amada

Una ceguera que en el micro cosmos retratado se evidencia especialmente en los grupos cerrados de fundamentalismo religioso que encorsetan a sus integrantes en una tradición anacrónica. La ceguera de la tradición hebrea de unos y la islamista de los otros

Esa tradición islamista palestina anclada en el tiempo y que perdura aun hoy en día es la que asfixiaba y asfixia a Hiam. Por ese ambiente opresivo ella se sintió sola pese a saberse amada por su familia. Hiam fue y sigue siendo la oveja negra del clan, la única que se cuestionó y se cuestiona las estrictas normas comunitarias y busca alcanzar la necesaria libertad individual que la lleve a ser la persona única que es, que cada uno es, que cada uno somos

Al regresar comprueba (comprobamos) que su madre viuda no ha cambiado, sigue demandando más que ofrece, sigue queriéndola atada a ella, sigue sin valorar la grandeza de su comprometida hija de la que apenas ha visto una película. Y en ese proceso de reencuentro la anciana morirá sin liberar de cargas a una Hiam que en su ambivalente sentir no sabe cómo afrontar el duelo

Y es que tanto la poderosa madre como el inflexible padre nunca se lo pusieron fácil. Fue más bien la abuela la que la acunó y le transmitió el amor familiar y el amor por la tierra palestina. En ella se apoyó y se apoya rememorándola

Se apoya ahora en la memoria de esa anciana y también en el resonar cómplice de una de sus nueve hermanos. En efecto Buthayna es la única que empatiza y valora a Hiam, ella al re-visionar imágenes de su propia boda se da cuenta de la profunda desolación de su entonces adolescente hermana viéndola tristísima entre la alegría general. Y Buthayna es la única que ríe y abraza en rotunda autenticidad a las regresadas Hiam y Lina

Porque las otras hermanas retratadas (no vemos a todos los hermanos y hermanas) están en un acompañamiento superficial lleno de ironías, ellas se ríen de la historia familiar calificando de “estupideces” los actos rebeldes de la joven y desesperada Hiam 

Así que se entiende que ese retorno a la tierra natal le ha servido a Hiam como una confirmación del valor de sus decisiones vitales y de la imposibilidad de cambiar la mentalidad de aquellos que no quieren ver más allá de su limitadísimo entender. Y asimismo es alimento del alma por la gratificación de abrazar a esa hermana de espíritu libre que se quedó sí, pero que no por ello se convirtió en ciega

Y más alimento aún si cabe en la oportunidad de valorar el gratificante abrazar a una hermana de la corajosa abuela, una mujer que en el 1948 fue desplazada a la vecina Siria sin derecho a regresar. Hiam rememora como gracias a su doble nacionalidad pudo visitarla como francesa y abrazarla como palestina

Conmueve profundamente su relato de ese abrazo fraternal que detuvo el tiempo y que Lina acompaña con la imagen de Hiam vistiendo una camiseta azul con el símbolo de la paz, conmueve esa poderosa imagen de la actriz interpretándose a sí misma, sus gestos y su descripción del abrazo de generaciones: de cómo la anciana la huele y exclama “el olor de mi familia” y a continuación entre llantos añade “déjame oler a mi madre, a mi padre…” en un nombrar de corazón que a nadie excluye

Toda esa memoria femenina, todo ese intensísimo rememorar, todos estos abrazos “eternos” son alimento para Hiam y también para una Lina que incomprensiblemente desconocía las poderosas raíces familiares maternas. La joven realizadora ha podido vivenciar el simbólico collage de fotos construido con imágenes que su madre nunca le había mostrado, un collage que se inicia en Paris y se finaliza en Palestina, en la población donde nació y creció su madre y asimismo en los restos de aquella junto al Tiberias que fue la aldea de su bisabuela y la hermana refugiada en Siria




La esperanza es femenina

Pese a tanto en contra, pese a la creciente dificultad de la realidad palestina que deriva en la pregunta citada en el encabezado, Lina en su corajosa mirada femenina nos recuerda que la esperanza está precisamente en las mujeres

En este sentido, cabe recordar que en las últimas décadas se han logrado acuerdos de paz permanentes en otros conflictos enquistados como Irlanda del Norte (1998), Liberia (2003) y Filipinas (2018). Y que en esos acuerdos el papel de las mujeres ha sido relevante para lograr el cese de hostilidades

Así lo reconoce Naciones Unidas -según explica Kim Amor en el medio El Periódico de Catalunya- que desde el año 2011 creó el organismo ONU Mujeres para apoyar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género. En su informe Las mujeres, la paz y la seguridad se resalta la necesidad de que aumente de forma significativa el número de mujeres que participa en los procesos de paz ya sea como negociadoras, mediadoras o firmantes de los acuerdos que ponen fin al conflicto o suponen un alto el fuego

El informe destaca que los estudios realizados demuestran que la participación femenina en estos procesos hace “más probable que un acuerdo de paz tenga éxito y contribuya a una paz duradera y más larga”

Ojalá esos valores de mujer cobren protagonismo en el conflicto árabe israelí, la esperanza es femenina

https://elpais.com/planeta-futuro/2024-05-30/lina-soualem-cineasta-solo-nos-interesamos-por-los-palestinos-en-los-momentos-de-tragedia.html

https://www.elperiodico.com/es/autor/kim-amor-17078




 


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