Merlí: La filosofía y la pedagogía como faros en la adolescencia



 

Vivir sin filosofía es vivir sin dirección. Y sin brújula que guie nuestra vida seguiremos el camino marcado por la masa sumisa. Adquiriendo sin cuestionar los valores y aspiraciones de una sociedad que viaja sin rumbo, muchas veces esclava de lo inmediato y atraída por cualquier distracción o cualquier excusa para evitar la gran pregunta: ¿es así como quiero vivir?

Marco Aurelio

 

Héctor Lozano y Eduard Cortés nos sumergen en las vidas de un grupo de alumnos adolescentes de un instituto público barcelonés para que vivenciemos sus problemas e inquietudes, sus relaciones de amistad, sus despertares sexuales, sus amoríos… Y simultáneamente nos retratan la vida de sus familias y profesores

Merlí (2015-2018) muestra lo que significa ser adolescente ahora y aquí en nuestras sociedades occidentales. Y lo hace ofreciendo algunas luces a este confuso tiempo que les/nos ha tocado vivir, luces que pueden ayudarles/ayudarnos a encontrar soluciones ante los problemas que vivencian, problemas que a menudo son reflejo de los no resueltos por las generaciones adultas

Además, esta excelente serie tiene algunas características que a mi entender la hacen especialmente grande en humanidad. Una de ellas es la rica variedad de personajes perfectamente definidos que la protagonizan. En efecto, aunque Merlí (el maestro de Filosofía que le da título y que interpreta un sublime Francesc Orella) es el centro de atención, todos los profesores tienen su peso específico en la trama. Una pluralidad que también se da en los padres de los alumnos y especialmente en los chicos del instituto. En suma, se nos muestran personas de modos de ser distintos como reflejo de las ricas diferencias de una sociedad –la nuestra- naturalmente plural, diferencias que lamentablemente en algunos ambientes no son comprendidas/respetadas/abrazadas. Pedagogía necesaria, ese mostrar plural

Y también se agradece su autenticidad, y es que todos los personajes sean adolescentes o sean adultos resultan muy veraces. Es fácil ponerse en la piel de cada una o uno de ellos, sentir sus alegrías y sus penas; e identificarse con sus “virtudes” y “defectos”

Y en ese identificarse darse cuenta de que pese a las a menudo abruptas actitudes adolescentes, esa hija o hijo, esa alumna o alumno incómodos lo que buscan es ser entendidos y abrazados por los demás. Y asimismo que ese abrazo ha de darse desde la real comprensión tal y como escenifica Merlí

Otras características positivas son la cuidada banda sonora que incluye temas de música clásica muy bien seleccionados, lo que se entiende como guiño a la necesidad de que la juventud la conozca/aprecie/disfrute. Y muy necesaria la filosofía que es la asignatura que imparte Merlí al tratar sobre las grandes y eternas preguntas del ser humano, preguntas que ayudan/incitan a despertar del letargo social a sus jóvenes alumnos y en general a la audiencia juvenil de la serie

En efecto, es muy de agradecer que la obra empodere la filosofía en un tiempo donde algunos grupos políticos pretenden eliminarla de los planes de estudios por su supuesta inutilidad. En una sociedad en la que dominan las “leyes del mercado” parece que las humanidades y las artes son poco o nada importantes, triste realidad de este cada vez más loco/absurdo mundo en el que nos ha tocado vivir

Debo advertir que este artículo contiene spoilers




Padres


Vuestros hijos no son vuestros, son hijos de la vida

Khalil Gibran


No es fácil ser padres y mucho menos serlo de un adolescente. Las madres y los padres cargamos con “piedras” heredadas de nuestros progenitores que a menudo nos condicionan, de forma más o menos consciente nos proyectamos en nuestros hijos sin acabar de darnos cuenta de que ellos no son ni tienen que ser como nosotros. A mi entender, la base de la relación de una madre o un padre con la hija o el hijo es el amor. Amar a un hijo es escucharlo/observarlo/conocerlo, respetarlo/ensalzarlo en su diferencia, estar a su lado permitiendo que experimente y aprenda sin juzgarlo pero haciéndole ver los inevitables errores, aconsejarlo (más aun cuando lo solicite)… Y amando así a un hijo se puede educar de verdad. El ambiente que se respira en el hogar es en gran manera la educación que reciben los hijos, un buen ambiente favorece el desarrollo de su individualidad y de su sociabilidad

Así se visualiza en la serie, algunos casos:

Joan es hijo único y tiene un padre muy estricto que lo controla todo, la madre es la primera sometida a su poder. Él es abogado hijo de abogado y da por hecho que Joan seguirá la tradición familiar (la pesada piedra de la obligación). Merlí ayuda a que Joan se afirme/rebele aunque la fuerza paterna en un principio no ceda; todo cambia cuando el padre sufre un cáncer, la enfermedad le hace ver las cosas de forma más empática. La enfermedad, “un alto en el camino” que ofrece la oportunidad a quien la sufre de darse cuenta de actitudes/aspectos que no se podían/sabían/querían ver, oportunidad que afortunadamente él aprovecha para su beneficio y el de toda la familia

Ivan es un chico muy especial (en clase le llaman “el friki”) lleva meses sin salir de casa, sin ir al instituto. Su madre (soltera) trabaja muchas horas, su “vida” es trabajar y estar pendiente de él. Quiere que vaya al psicólogo pero el chico se niega. Merlí se ofrece a darle clases particulares en casa y consigue que salga a la calle, que vuelva al centro escolar; pero para lograrlo el maestro se enfrenta a la madre haciéndole ver que sobreprotege a Ivan. Incluso consigue que ella tenga ganas de ponerse guapa y salir del círculo vicioso en el que se encuentra; inicialmente el hijo reacciona mal ante su cambio mostrándose celoso/posesivo pero después ambos se sienten más libres, se ha roto el cordón umbilical que les impedía ser

Y Bruno, hijo de Merlí quien es uno más de la clase. El chaval vive temporalmente con él en casa de la abuela. Pronto se hace evidente que Merlí (hombre de espíritu libre) tiene problemas para relacionarse con Bruno quien es muy crítico con él porque siendo niño le abandonó dejándolo al cuidado de su madre. También lo es por su forma de ser desapegada (que refuerza su sentimiento de abandono) y transgresora (a Bruno le cuesta mostrarse libre especialmente en clase). Gracias a la abuela, Merlí se da cuenta de las sombras de su forma de ser; así reconoce a Bruno su egoísmo “a veces soy insoportable y no me aguanto ni yo mismo” le confiesa. Y es que el hombre tiene serias dificultades para expresar su amor por alguien y para comprometerse con la persona amada. Pero a pesar de esas carencias logra mostrarle su amor y su relación mejora. O el maestro es también humano, más cuando se reconoce en lo desagradable y busca mejorar



Maestros


El arte supremo del maestro es despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento

Albert Einstein

 

Merlí es un maestro artista. En sus clases consigue la atención de todos, los chicos se involucran de lleno en sus propuestas queriendo saber más acerca de los temas y autores que él explica; incluso al acabar la clase los ecos filosóficos siguen vivos en ellos. Y es que el profesor es un hombre muy creativo que provoca y sorprende a sus alumnos. En efecto, hace clases en la cocina o en el patio, motiva la expresión propia de cada una y cada uno de ellos, promueve el libre pensamiento, el cuestionárselo todo, la necesidad de romper las reglas absurdas que nos limitan, en definitiva el empoderamiento consciente

Un discurso que resuena en todo adolescente. Además él es tutor y conoce bien a sus alumnos (a veces incluso mejor que los padres) Así para los chicos es un profesor muy “guay” aunque hay dos de ellos que inicialmente no lo ven así: su hijo Bruno que se avergüenza de su espontaneidad y la rebelde Berta. Pero ambos cambiarán su opinión, el hijo porque descubrirá aspectos positivos de su padre y la chica porque Merlí hablará con su competitiva madre haciéndole ver que es buena dibujando y aconsejándole que la deje estudiar Bellas Artes (el maestro, siempre atento, observa que dibuja muy bien cuando está distraída en su clase)

Y Merlí no solo impacta a sus alumnos, también revoluciona con sus métodos y su actitud transgresora a todo el claustro de profesores. Eugeni, el jefe de estudios, es un hombre muy metódico y estricto, los alumnos le llaman “el Hitler”; es la antítesis del profesor de Filosofía y se muestra muy crítico con él, constantemente busca que Toni (el director del Instituto) lo expediente. Toni está a medio camino de ambos, se identifica con Merlí porque entiende su forma de ser (él era bastante así en sus inicios como profesor) pero se sabe responsable como director y Merlí con sus actitudes rompe demasiadas “líneas rojas”

Dos profesores más son maestros con toda la grandeza de la palabra, maestros que saben y que están cerca de sus alumnos. Uno es Santi quien imparte la asignatura de Castellano/Español y tiene a Bruno como alumno rebelde, el buen hombre muere de infarto y el hijo de Merlí se siente fatal por sus constantes burlas sobre su obesidad. El otro es Millán el profesor que llega al Instituto para sustituirlo estando ya al final de su carrera y que tiene un principio de alzheimer que pretende ocultar; los alumnos, especialmente Berta, lo aprecian por su buen hacer y ser

Con esos personajes la obra audiovisual muestra que enseñar no es traspasar conocimientos desde la exigencia de la nota para un buen expediente académico. Al contrario, deja claro que es necesario recuperar la buena pedagogía o la maestría como arte, arte que siempre prioriza motivar a la alumna o el alumno para ayudarle a encontrar su potencial, su expresión propia, su diferencia, su propio arte/oficio (sea la medicina, la pintura, la jardinería…) Merlí encarna el profesor que ayuda a despertar todo esto en el alumno, un referente necesario en una etapa tan crucial como es la adolescencia; algunos hemos tenido la suerte de tener un Merlí en la nuestra, y ese es un grandísimo regalo que permanece siempre en nosotros



Adolescentes

 

Y amanecer en el tobogán de un parque abrazada a ti, en tu boca, a tu lado. Y que todo lo demás deje de importar en el instante en el que nuestros dedos se entrelazan mientras el frío abraza nuestras espaldas tiritantes, y yo te acaricio y paseo sobre tu piel como si me fuera la vida en ello

Elvira Sastre en Saudade

 

La adolescencia es como una potente primavera que transforma la inocencia del niño en la pulsión del joven pre-adulto. Se vivencia una pulsión de vida, se manifiesta la sana rebelión a las falsedades e injusticias del mundo adulto, un mundo adulto que se vivencia fundamentalmente en casa y en menor medida en la escuela. Chicas y chicos que ya no son niños y no aceptan órdenes, especialmente órdenes absurdas e incoherentes. Jóvenes que son muy sensibles a la opinión de los demás, ya sean adultos (padres, profesores…) o de su misma edad (especialmente los compañeros y amigos) El adolescente está empezando a crearse y siente una gran inseguridad que le hace ser/mostrarse muy contradictorio; está en el camino de la búsqueda de su propia identidad (qué quiero, qué oficio-carrera, quién me gusta, qué me atrae, qué soy…) Y en esa pulsión vital la fogosidad/hambre sexual es clave. Lo “más” es besar y follar con alguien a quien se desea, de ahí que las inseguridades y las sombras se manifiestan especialmente en el plano sexual…

Bruno es homosexual pero no se atreve a confesarlo, sólo su amiga Tània lo sabe. Al hijo del maestro le gusta Pol, un “tío bueno” simpático muy ligón que es el líder de la clase y a quien le van las tías. No obstante en una fiesta ellos se besan y toquetean, para Pol es tan solo probar algo diferente (él es similar a Merlí, no quiere comprometerse con nadie) pero para Bruno resulta muy difícil de llevar. Y cuando se incorpora Oliver, un alumno nuevo que manifiesta sin tapujos su condición gay, Bruno cogerá fuerzas para decidirse a “salir del armario” y mostrarse/liberarse ante todos

Berta es una chica muy rebelde, la única (además de Bruno) que es combativa con Merlí. Tiene serios problemas con su madre que valora mucho más a su exitosa hermana que a ella a quien considera poco más que una negada. De alguna manera busca ese éxito/reconocimiento a través de su atractivo sexual mostrándose como la más “sexy” de la clase y consiguiendo ser la novia “oficial” del líder Pol. Pero, como se ha comentado, todo cambia cuando su madre la reconoce como artista gracias a la mediación de Merlí; y cuando Coralina, la nueva jefa de estudios, la cuestiona con su habitual “mala sombra” haciendo que la joven se plantee porque se muestra como se muestra

Oksana es una joven muy liberal a quien le gusta provocar, cuando llega a clase procedente de otro Instituto compite con Berta por ser la más “sexy”. Su secreto es que es madre, pudo abortar pero decidió serlo, tiene un niño al que ama y cuida. Y esa condición cuando sale a la luz dificulta sus relaciones con los chicos, Gerard el chico con el que está en ese momento se siente incómodo al descubrirlo y la relación se rompe

Y otros casos que muestran la diversidad en todos los aspectos de la persona, y en especial en el sexual tan importante siempre (y más para los adolescentes). Vemos a adolescentes gays, tanteos bisexuales en chicas y en chicos e incluso una profesora transexual que causa gran revuelo en el claustro y en las aulas

 

Entiendo que es un acierto que en tiempos de vociferantes fobias se muestre la diversidad humana sexual con total naturalidad porque como queda expuesto esta gran serie viene a ejemplarizar la bellísima cita de Agustín de Hipona que subscribo de corazón y que en sí lo expresa todo: “Ama y haz lo que quieras”



Este artículo es la revisión del publicado en el diario CyL






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