Human: La humanidad que somos (pese a tanto)

 




El mundo es un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende

 

Eduardo Galeano

 

 

Durante dos años el ecologista, fotógrafo y cineasta Yann Arthus-Bertran se dedicó a filmar paisajes, captar rostros y recoger vivencias de personas de lugares muy diversos del planeta; trabajo que se recoge en este sensible documental cuyo título no puede ser más esplícito

Unas imágenes y unas voces multi étnicas que se mecen en la vibrante música del maestro Armand Amar con cantos de intérpretes tan destacados como Youssou N’Dour. En esa fusión de arte visual y sonoro Human (2015) impacta belleza, la belleza de la autenticidad de su retrato humano, de la rica y diversa naturaleza que somos/pertenecemos pese a nuestra tristemente habitual desconexión egoica



Belleza

 

Arthus-Bertran nos ofrece un documental de cuidada sensibilidad en el que la banda sonora está en armonía plena con las imágenes. Las voces de los temas son cantos que calan en lo más hondo de cualquier persona que aprecie el arte musical. Y la fotografía a vista de pájaro es todo un goce visual. El realizador galo consigue estimular gratamente nuestro oído y nuestra vista haciéndonos desear poder oler, tocar y saborear tanta belleza. Belleza en las imágenes aunque con la salvedad de algunas localizaciones desagradables como es el caso del gran vertedero -eso sí bellamente rodado- en donde nadie querría verse y que sabemos es la dura realidad de tantas personas de todas las edades en demasiadas partes de nuestra tierra

Se nos muestran paisajes de todo el planeta y masas humanas de distintos lugares. Gentes en casamientos multitudinarios, una piscina con olas atestada de bañistas, desfiles militares de diferentes naciones, caravanas de hombres en el desierto, niños jugando al futbol en lugares poco comunes, mujeres recolectando en el campo, hinchas en un estadio, ganaderos con sus rebaños…

Como catalán me satisface que el documental muestre nuestros castellers. Una tradición que es patrimonio cultural de la UNESCO y está emparentada con la muixeranga del País Valencià y podría tener su origen en el ámbito cirquense árabe. A mi entender es una de las más bellas expresiones del valor de la unión y la solidaridad de la gente en un proyecto común. En efecto, en la construcción y sostenimiento de un castell todos tienen su importancia: el público ayuda a amortiguar posibles caídas y a dar estabilidad a la torre humana, los castellers conforman la torre y las niñas o niños enxanetas son los que la coronan. Las generaciones locales unidas en un acto festivo lleno de simbolismos para alzarse juntos y casi “tocar el cielo” a través del niño, ese niño en la cumbre de la torre adulta como imagen del valor de la a menudo maltratada inocencia humana

Ante esa armónica construcción humana de cumbre humilde, impacta el contraste del ostentoso “tocar el cielo” que nos ofrecen los rascacielos de una mega ciudad (la escogida es la simbólica Nueva York)  La gran urbe con sus imponentes edificios se nos presenta como la desconexión total, el aislamiento de la naturaleza. Entiendo que no es casual que Arthus-Bertran la ruede de noche a modo simbólico de reflejar la tendencia a la oscuridad anímica de ese modo de “vivir” y asimismo como denuncia al derroche energético que dominan en nuestra consumista “civilización”. Así, vemos los cubículos en los que viven y trabajan tantas gentes en donde los televisiones, ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos lo dominan todo; la comunicación en esos compartimentos estancos se produce fundamentalmente desde la distancia con poco contacto en vivo y en directo. Así, en estas ciudades de verticalidad abismal las personas suelen vivir demasiado aisladas de los demás, del mundo real y de ellas mismas



Vivencias humanas

Sea como sea, las historias que nos cuentan las personas que aparecen en la pelicula se vivencian relatadas desde la verdad. Se nota que Arthus-Bertran ha sabido crear en cada caso un ambiente confortable para que cada una se exprese con total libertad, como olvidando que las están filmando. En esos testimonios hay lágrimas de dolor y alegría, risas, rabia, gestos, silencios... y rostros que transmiten sinceridad por todos los poros

En consecuencia muchos de estos relatos consiguen emocionarnos –especialmente a las almas sensibles- hasta el punto de provocarnos llantos y sonrisas. Y es que visionando Human uno se sumerge en las vidas de sus personajes reales porque resulta muy fácil empatizar con esas mujeres, esas niñas, esos niños y esos hombres. Personas que hablan del amor, de la familia, de la sexualidad, de las costumbres, de las religiones, de sus problemas, de sus felicidades, de la guerra, de la enfermedad, de la muerte, del sentido de la vida…

Y como valiosísima guinda se nos ofrece el testimonio de todo un referente de humanidad que acaba de fallecer, el expresidente urugayo José Mujica, un hombre forjado a sí mismo y cuyas comprometidas palabras –y actos consecuentes- emanan autenticidad

Más allá de este testimonio mayúsculo quiero destacar otros entre la multitud de las ricas vivencias relatadas:

El caso con el que se inicia el documental en el que se nos retrata a un hombre preso de por vida por matar a su mujer y a su hijo. Él nos explica su dura infancia en la que su padrasto le pegaba y maltrataba diciéndole que le quería asegurando que esa violencia normalizada le dolía más a él. El verdugo presentándose como víctima y la víctima absoluta malentendiendo lo que es el amor. En esa toxicidad, él creyó que el amor tenía que doler y por eso hizo daño a los que más quería. Pero afortunadamente aprendió lo que significa amar de verdad ya en la prisión gracias al ejemplo de la madre de su mujer quien le visitaba a pesar de lo ocurrido, ese asesino por “amor” nos confiesa que gracias a esa gran mujer pudo ver más allá de su problema. Y en desgarradora autenticidad lo vemos romper a llorar al relatar que su suegra tenía todo el derecho a odiarle pero que sin embargo escogió darle amor. Ella le enseñó con su ejemplo lo que en realidad es amar. Impresionante

Una mujer indígena contándonos con rostro alegre que tiene buena vida. Porque ella se siente muy feliz cuando llueve, cuando bebe leche, cuando come lo que le gusta, cuando está en una cabaña bonita que le protege de la lluvia y cuando se acuesta con el hombre que quiere y este le dice cosas dulces…

Una niña nos habla al final del documental como si lo estuviera haciendo a sus padres, ella pide que la escuchen y que si pueden dejen ya las drogas. Añadiendo que se lo ha dicho a los dos muchas veces, que las drogas les hacen mal, que les están destruyendo. Y muy afectada, les dice que recuerden que es su hija y que paren, que lo hagan por ella. Desgarrador

Un hombre occidental relata que cuando fue soldado en la guerra de Irak hirieron a un amigo. Recuerda que su pelotón persiguió al que había activado la bomba, rememora como todos estaban llenos de odio y querían matarlo. Y que tras entrar en un campo de naranjos llegaron a un claro, en aquel momento él sintió que el cielo azul le golpeaba y vió a un anciano vestido de blanco con un niño labrando el campo, esa visión familiar le devolvió a la realidad y se preguntó qué estaba haciendo diciéndose “soy un ser humano y no un instrumento de venganza”

Son muchos más los testimonios recogidos cuyas historias conmueven... A modo de conclusión dos de ellos que se enfocan en la trascendencia de esta vida o la eterna pregunta:



¿Por/para qué vivimos?

Se nos muestra a un niño que se cuestiona el por qué está en la tierra asegurando que cada uno tenemos nuestra misión y que él también la tiene pero que aún no sabe cual es. Una acertada reflexión que sorprende al ser hecha por un niño. Y es que a menudo olvidamos que se puede aprender de los niños pues ellos viven sin los condicionamientos y absurdidades de nuestra sociedad adulta

Y también el de un padre con su hijo discapacitado. El hombre muy emocionado nos explica que siempre le dice “eso es una hoja y eso son las flores, toda la felicidad de la vida” y como por la noche le señala el cielo comentándole “¡esas son las estrellas!”; y su hijo que las mira y le mira con ojos de adulto, y en ese mirar le da la impresión que el hijo es mucho más fuerte que él (es un hombre creyente y habla de su éspiritu) afirmando que es su hijo quien le guía a él y a toda la familia. Y añade que su hijo le ha hecho entender lo que es y significa amar: “para vivir juntos debes quererte a ti mismo, amar a tu pareja, amar a tus hijos grandes y pequeños, a tus padres, a todos los seres humanos por lo que son. Sólo por el amor de las personas se puede salvar el mundo”

Para este hombre, como para muchas otras personas entre las que me incluyo, el sentido de la vida es aprender a amar para mejorarse y mejorar. En este sentido, Human con sus variopintos retratos nos ayuda a tener ese mensaje muy presente pese a tanto en contra… Y -entiendo- que precisamente por ese pese a tanto, recordarlo y actuarlo día a día en coherencia

Este ensayo es la revisión del publicado en el diario CyL

 


 

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