Ad Astra: Explorando el espacio interior
No corras. Ve despacio, que donde tienes que ir es a ti mismo
Juan Ramón Jiménez
James Gray nos ofrece una magnífica película de ciencia ficción que muestra la ardua odisea del astronauta Roy McBride (espléndido Brad Pitt) quien afronta un proyecto espacial cuyo objetivo es salvar a la humanidad. La misión le va a enfrentar a su doloroso pasado y supondrá una auto-exploración liberadora. Del reparto de Ad Astra (2019) cabe resaltar además la participación de dos grandes actores ya veteranos: Tommy Lee Jones (H.Clifford McBride) y Donald Sutherland (Pruit, amigo del padre)
Para aquellos lectores que no hayan visto este filme y quieran
hacerlo: quizás sea mejor leer este artículo tras su visionado dado que en él
se explican detalles esenciales de su argumento (incluido el final)
Hijo del padre
Clifford McBride es un prestigioso astronauta muy interesado en investigar la existencia de vida inteligente extraterrestre. Cuando surge la oportunidad encabeza una expedición al lejano Neptuno con ese objetivo dejando atrás a su mujer y a Roy, su único hijo. A este le promete que regresará a por él para que le acompañe en sus investigaciones al espacio exterior. Pero nunca regresa, y es que oficialmente la misión ha fracasado y Clifford es dado por muerto siendo considerado un héroe nacional…
Ha pasado mucho tiempo, ahora Roy también es un reputado astronauta como fuera su padre. Se nos muestra a un hombre equilibrado, valiente y con muchos recursos que está considerado el mejor de su generación. Y por esa excelencia es elegido para una expedición secreta a Neptuno para averiguar dónde se ubica la nave de su padre a quién él -y la gente en general- creía muerto. Algo ocurrió allí cuyas consecuencias sufren ahora en la Tierra en forma de amenazantes descargas electromagnéticas
Ese reto le pondrá a prueba porque tras el Roy equilibrado anida el Roy con problemas, el hijo abandonado por el padre y que vio morir muy pronto a la madre, el hijo que por él ha sido astronauta y el hijo que cómo el padre tiene serias dificultades en sus relaciones (sabremos que su mujer Eve le ha abandonado por su actitud distante)
Así se define: “Siempre quise ser astronauta por el futuro de la humanidad. Me veo a mí mismo desde fuera. Sonrío, pongo buena cara, es una actuación” O la expresión de la carga heredada del padre, el buen hijo que busca agradar-emular al padre astronauta. Y su “verse desde fuera” puede entenderse como imagen del alejamiento de sí mismo en el que “vive” fruto de esa carga, de ese mimetismo en el que se encuentra atrapado. En este sentido resulta simbólica la imagen del astronauta Roy con su traje aislante que le impide-dificulta el contacto directo, el sentir íntimo
Roy -como Clifford en su día- va a emprender un viaje-exploración a lo más lejano de la Tierra, y esa exploración del espacio exterior va a ser paralelamente una exploración de su propio espacio interior, de él mismo. Gray remarca esa auto-exploración utilizando brillantemente el recurso de su voz en off o la visualización de los pensamientos que continuamente afloran en Roy durante tan largo viaje
Y paralelamente se nos muestra la artificialidad de las colonias humanas en la Luna y Marte en las que se encuentra a faltar la rica biodiversidad terrestre, lo entiendo como modo de reflejar que ese alejamiento de la naturaleza Tierra favorece el alejamiento de la propia naturaleza humana de esas personas, padre e hijo incluídos
Descubriéndose
Resulta significativo que antes de iniciar la misión Roy se preste a grabar un mensaje para alguien próximo y escoja a Eve, más aún cuando en su bloqueo emocional solo alcance a expresar un “Quería decirte que no quería que te fueras” que seguidamente decide borrar. Y en ese confesarse el dolor por la pérdida se nos muestra como le vienen a la mente imágenes con su amada reconociendo sus errores. De alguna manera Eve es la encarnación del amor que hay en él, ella está siempre presente, ese amor es el que le anima y le animará a superarse
En pleno viaje un episodio con un primate agresivo de un laboratorio espacial, despierta en Roy el recuerdo de la propia rabia vivenciada. Así dice “El ataque estuvo lleno de ira, entiendo esa ira, he visto esa ira en mi padre y he visto esa ira en mí porque estoy enojado, él nos dejó. Pero cuando yo veo esa ira la aparto, la suprimo, lo único que veo es dolor y sufrimiento. Creo que eso me bloquea de toda relación, de unirme con los demás, de relacionarme con alguien, y no sé cómo superar esto, cómo arreglarlo. Me preocupa y no me gusta ser así, no quiero ser mi papá” En Roy aflora el darse cuenta de su situación real como –entiendo- el necesario primer paso para el cambio que tanto desea
Ya más cerca de su destino en una base marciana, vemos a Roy grabando mensajes para enviar a su padre con el objetivo de localizar su posición. Y como ante su no respuesta él decide improvisar uno hablándole desde el corazón recordándole momentos vividos juntos y hablándole de que eligió una carrera que él hubiera aprobado. Ese mensaje consigue movilizar al padre, ya lo tienen localizado
Pero la agencia espacial no cuenta con él para ir a Neptuno, creen –así es- que está implicado emocionalmente. No obstante logrará colarse en la nave cuyo objetivo es explosionar la del padre para acabar con la amenaza que desde ella se genera
Debido a esa irrupción sorpresiva, Roy -muy a su pesar- provoca la muerte de los tripulantes de la nave hacia Neptuno, hace lo mismo –sabremos- que hiciera conscientemente el padre en la suya. Hijo y padre comandando naves solitarias, hijo y padre en sus soledades, hijo y padre que se van a reencontrar. Y la elocuente voz en off “Al final el hijo sufre los pecados del padre”
Se encuentran, Roy accede a la nave del padre y allí está él con rostro de anciano cansado. El hijo le propone solucionar el problema de la descarga electromagnética y volver a casa. Pero el padre le responde que él está en casa y le confiesa con frialdad que en ningún momento ha pensado en su familia, que ellos no le importaron para nada. “Ni vuestras pequeñas ideas” remata con engreimiento. Clifford se cree superior a todos, en este sentido resulta muy simbólica la imagen del diálogo en el que el padre está situado en un piso más elevado que el hijo. Roy roto y entero a la vez afirma que ya lo sabe y sube hacia él para mirándolo fijamente decirle un sentido “Aún así te amo” al que su progenitor responde apartando la mirada
Clifford no quiere regresar, inicialmente rechaza la mano que le ofrece su hijo. Finalmente accede aunque intenta seducirle hablándole de su valor y de lo bien que trabajarían los dos allí en su proyecto de encontrar señales de vida extraterrestre. “Debemos de encontrar juntos lo que la ciencia dice que no existe, no me dejes fracasar Roy” le dice en su ceguera egoísta. Y el hijo amorosamente -“a pesar de” tanto desamor paterno- le comenta y se comenta “Papa no lo has hecho (no has fracasado), ahora sabemos que estamos solos”. La respuesta entiendo que es una inteligente forma de ver las cosas desde otra perspectiva para intentar lograr que el padre sienta el éxito que tanto anhela y a la vez es una metáfora de la soledad en que ambos se encuentran
Pero aunque Roy logra sacar al padre de la nave “hogar”, este se deja ir arrastrándole en su caída. Padre e hijo simbólicamente atados hacia la muerte, no obstante Clifford no quiere que Roy siga atado a su suerte y le pide que le suelte. Roy -muy a su pesar- lo permite y ya definitivamente sin padre grita desesperado, la voz de su pensar se pregunta “¿Por qué continuar? ¿Por qué seguir intentando?” mientras observa –observamos- la belleza y grandiosidad del espacio en el que se encuentra con el imponente Neptuno y su fulgor azulado. O la inmensidad de Todo versus la pequeñez de uno que tanto puede ayudarnos a relativizar nuestras heridas
Y en ese nuevo “darse
cuenta” decide regresar recordando a su padre: “captó mundos sublimes pero sólo
veía lo que no estaba ahí, ciego a lo que tenía enfrente” se dice entendiéndolo,
se dice perdonándolo, se dice liberándose por el perdón mientras simbólicamente
aprovecha la simbólica explosión de la nave paterna para salir impulsado de
regreso al hogar sin comillas
Renaciéndose
Roy ha cumplido con su misión –la de la humanidad global amenazada y especialmente la de su propia humanidad adormecida por la alargada sombra paterna- y regresa a la Tierra. La cápsula cae en el agua y allí van a buscarlo, simbólicamente le alargan una mano como él hizo con su padre, pero Roy sí la acepta de buen grado, sonríe al saberse de nuevo en casa. Todo como imagen de que para nuestro protagonista este regreso a la Tierra es un renacimiento liberador, una nueva oportunidad de vida tras entender aquello que le impedía ser, que le impedía relacionarse plenamente
Ahora ya no es hijo del padre, ahora puede ser él mismo puesto que ha entendido la carga heredada, ha visto la verdad de quién era su padre y aunque no ha podido salvarle de su ceguera –él escogió no regresar, no afrontar todo lo que este regresar le supondría- sí que ha podido entenderle y entenderse mejor. Y ese entender le da la oportunidad de renacer siendo él mismo, no una sombra del padre que eligió buscar vida fuera antes que compartir la vida dentro con los suyos
Así lo expresa Roy al final “Estoy consciente de mi entorno y de aquellas personas que me rodean, estoy alerta, me concentro en lo esencial excluyendo todo lo demás. No tengo idea de qué deparará el futuro y eso no me inquieta. Me apoyaré en los más cercanos a mí (mientras vemos a Eve, la amada) compartiré sus cargas y ellos las mías. Viviré y amaré” Toda una declaración de principios de un hombre que está dispuesto a vivir sin las comillas del pasado
Este ensayo es la revisión del publicado en el diario cultural chileno
CyL
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