La Víctima: El valor de perdonar lo imperdonable

 




El odio no funciona. Mírate. Te está matando, ¡lo está matando todo!

Lenny a Anna

 

Rob Williams nos ofrece una excelente ficción en la que se retratan los claroscuros de la naturaleza humana. La Víctima (2019) tiene como protagonista principal a Anna (Kelly MacDonald, sobresaliente) una madre marcada por la brutal muerte de su primer hijo Liam de tan sólo nueve años a manos de un menor de edad

La acción se desarrolla quince años después y nos muestra a una Anna inestable cuya prioridad es encontrar al asesino de su pequeño, un hombre ya, que se sabe ha cumplido su condena y ha obtenido una protectora nueva personalidad

En su afán creerá haber descubierto esa falsa personalidad y decidirá publicar sus datos en redes con el fin de “proteger a la comunidad” buscando que alguien haga “plena justicia” y acabe con su vida. El señalado es Craig (James Harkness, también sobresaliente) quien vive en pareja con una hija pequeña

Esa enmascarada incitación a la venganza acontece en la simbólica noche de Halloween y se nos muestra como alguien disfrazado de muerte ataca a un sorprendido Craig pero sin lograr consumar su objetivo…

La serie destaca por las excelentes interpretaciones de su reparto actoral –más allá de Mac Donald y Harkness-. Y especialmente por la originalidad y profundidad de su guion que nos sumerge en dilemas fundamentales tales como la ambivalencia humana, la necesidad de saber la verdad para entender mejor, la pesada carga del odio… y ante todo se nos escenifica el gran valor de poder llegar a perdonar lo “imperdonable”

Una pedagogía, dicho sea de paso, muy necesaria en nuestro cada vez más tensado ahora y aquí

 

Debo advertir que el análisis que sigue contiene spoilers (incluido el sorpresivo final)

 


Víctima a juicio

Por ese encargo, Anna acabará siendo juzgada. Un juicio en el que ella se debate entre su sentir y el aceptar consejos de su abogado teniendo en cuenta el sentir del resto de su familia (Anna comparte vida con su joven hija Louise, su hijo pequeño Ben y su pareja Lenny, un hombre calmo y amoroso) o el debate entre mostrarse como víctima con derecho a venganza o como mujer madre que actuó impulsivamente sin intención vengativa

Un juicio al que asiste y en el que testifica un Craig que ha visto como su relación se resquebraja por el acoso social que los tres sufren, especialmente él que ha vuelto a ser apaleado

Y un juicio en el que Anna será declarada culpable sin intención de muerte por la mentira de su declaración jurada, la suya y la forzada de su amiga investigadora

Es significativo que una mujer víctima acabe siendo juzgada, es así por el empeño personal del agente Steven quien desoyendo consejos logra que la causa sea aceptada. Como ocurre con Anna, el policía carga con una ambivalente historia personal de amor y odio, en su caso a causa de la abrupta separación de su mujer por una infidelidad que él niega

Y en el fondo –a mi entender- ambos se consideran víctimas y se odian/culpan principalmente a sí mismos, una por dejar salir sólo a su pequeño y el otro por una relación demasiado próxima con una trabajadora sexual



La venganza y el odio como losas

Pero más allá de esos paralelismos, la obra audiovisual se centra y profundiza con lucidez en el caso de Anna. En este sentido es brillantísima la conversación que mantiene ella con su empático y paciente esposo. Una conversación que sucede tras el acto de rebeldía de su pequeño Ben (el único hijo en común, Liam y la joven Louise son hijos de su anterior pareja)

Lenny le hace ver que Ben “Perdió a su hermano antes de conocerlo y ahora te ha perdido a ti” refiriéndose no a su ser acusada y tal vez ingresar en prisión sino a su actitud cada vez más obsesiva. Y en calma amorosa añade que es ella quien se está haciendo daño:

“Te has convertido en una víctima y ahora le has dado el poder (al asesino del hijo) sobre todos nosotros. El chico recibió una sentencia. La cuestión es que tú tienes el poder, no él. Él no puede cambiar nada, pero tú puedes, para ambos. Y no me refiero a lo que le hizo a Liam, me refiero a lo que te ha hecho a ti”

Y le habla del pequeño Ben, de que si hubiera sido él el niño asesino como madre querría que finalmente lo perdonaran. Y ante el “algunas cosas son imperdonables” de una Anna confundida y molesta él le hace ver el valor de perdonar lo imperdonable:

“¿De qué sirve perdonar lo perdonable? Así es como consigues venganza, Anna. Y ante sus “él no se merece perdón”, Lenny sabiamente le comenta que no se trata del asesino sino de ella: “¡Se trata de ti! ¡De nosotros! No podemos recuperar a Liam pero podemos recuperarte a ti. El odio no funciona. Mírate. Te está matando, ¡lo está matando todo!”

Pero ella responde que olvidar lo ocurrido sería como volver a dejar de lado a Liam (o en su sentir acrecentar la culpa por haberlo dejado ir solo) afirmando que lo siente pero no puede perdonar



Bajo el puente

No obstante todo cambiará cuando Anna pueda acceder a la verdad de lo que ocurrió aquel fatal día que lo abismó todo. En otra brillante conversación ambientada ahora en el sórdido bajo puente donde el hijo fue asesinado, Anna y Craig hablan –sí, Craig porque finalmente él se confiesa a ella como el menor asesino-

Allí la madre sabrá de la gran bondad de Liam quien se acercó a Craig por si necesitaba ayuda. Un niño al que molestaba su corta estatura física y pedía ser grande sin ser consciente de su grandeza de corazón. Un niño que le habló a Craig sobre su madre enfermera, lo hizo al verlo ensangrentado en su rabia autolesiva. Un niño que no atendió a los ruegos del atormentado Craig quien le apremiaba a irse de allí consciente de la ira que le embargaba

Ese niño inocente de gran corazón acabó siendo aniquilado salvajemente, ese bien encarnado fue carnaza para el mal. El arma un simbólico cristal roto (el reflejo hiriente) que pasó de ser actor de suicidio a ser desmán de un asesinato tan cruel como injusto. Un asesinato imperdonable

Esa estremecedora conversación la observa cuchillo en mano el padre de Liam y compañero de venganza de Anna. Lo vemos acercarse al asesino arrepentido con intención de matarlo. Pero esa ya no es la intención de Anna

La madre por fin sabe la verdad de todo, sabe aún más de la grandeza de Liam, sabe del dolor de un Craig humanísimo que ve a su víctima inocente cuando ve a su propia hija… Y por fin se siente liberada de la necesidad de venganza. De alguna manera empieza a darse cuenta de la verdad de las acciones y palabras de Lenny, un hombre de gran corazón como lo habría sido Liam. Y en ese darse cuenta, la posibilidad de revertir su vida y la de los suyos







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