Magical Girl: De los abismales opuestos a la vida

 



Y de nuevo se sintió sola en presencia de su vieja antagonista, la vida

Virginia Woolf

 

Galardonado -entre otros prestigiosos premios- con la Concha de oro a la mejor película y al mejor director del Festival de San Sebastián, este drama psicológico supuso la consagración de Carlos Vermut como creador de universos hipnóticos y perturbadores

Porque el polifacético realizador madrileño sabe retratar como pocos a las almas torturadas y humanidades a la sombra del miedo y el dolor. Y lo hace con un estilo elegante que rehúye los impactos sonoros y visuales tan habituales en el género para dejar trabajar las sensaciones del espectador en el imaginario de sus propios miedos

Así, el micro-cosmos gélido y oscuro que Magical Girl (2014) retrata no por ser ficción deja de remover conciencias de hielos propios



Gélidas

Se nos presenta a tres hombres que transitan por la vida más sonámbulos que despiertos, son personajes gélidos –en mayor o menor medida- que se muestran incapaces de vibrar plenamente con aquello que palpita a su alrededor

Y gélidas son las historias de las dos mujeres de naturalezas diametralmente opuestas a las que ellos desean contentar

Una es la pre adolescente Alicia (Lucía Pollán) enferma terminal quien es luz de amor y alegría de vida. Alicia es la encarnación de la inocencia infantil que los otros personajes han asfixiado en sí mismos, es la “Magic Girl” que ellos no son capaces de abrazar y que da título a la película

Y en contraste a esa vitalidad esencial, la gélida Bárbara (Bárbará Lennie en una excelente interpretación) quien se nos muestra como mujer torturada de tendencia destructiva y que viene a ser la “Black Magic Girl” antitética a Alicia. Una mujer que teje hilos tóxicos en sus relaciones con los hombres llegando a anularlos si estos no se empoderan

El trío masculino que conforma su universo está formado por Alfredo (Israel Elejalde) quien es su esposo, un psiquiatra que cree que a base de pastillas podrá controlar a su amada. Un hombre más bien distante quien -tal y como ocurre con tantos profesionales de la salud mental- más que buscar sanar almas torturadas parece buscar controlar sus incómodos síntomas para él y para la sociedad en general

Y Damián (José Sacristán, sublime) un antiguo profesor de la Bárbara adolescente, un hombre que desde entonces quedó hechizado por esa potente fémina quien sabedora de su poder lo maneja a su antojo y le lleva a actuar en contra de su propia voluntad lo que lo convierte en un títere muy peligroso. Él es el principal intoxicado por la “Black Magic Girl”

Finalmente Luis (Luis Bermejo) quien es el padre de la niña enferma y que en su incapacidad vital se empeña en satisfacer a su hija en sus últimos días de vida mediante regalos que su maltrecha economía no puede costear. Es por ese motivo que Luis decidirá cometer actos delictivos y entrará en la oscura órbita de la inestable Bárbara

 

Debo advertir que el análisis que sigue contiene inevitablemente spoilers

 


Lo material versus el amor

Lo decide Luis a pesar de los buenos consejos de una amiga quien le hace ver que el mejor regalo que puede hacerle a su hija es estar con ella el máximo de tiempo. De hecho Alicia ha escrito una carta dirigida a su padre, una carta que va a ser leída en el programa matinal de radio que ella escucha y en la que manifiesta cómo le gusta permanecer en el hospital porque cuando despierta él siempre está allí a su lado

Es simbólica esa alusión al alba, al despertar tras la oscuridad de la noche y poder sentirse acompañada, una compañía que en la habitual falta del padre Alicia sustituye con la radio, la radio amiga que sabemos consuela a tantas soledades de todas las edades

Pero Luis no escucha esa carta porque marcha sin atender al ruego de su hija para quedarse en casa y la deja nuevamente sola en su vacua obsesión por conseguir dinero con el fin de comprar objetos. Comprar un vestido de hada y una varita mágica de precios astronómicos que ella desea, comprar esos regalos materiales como sustitutivo del afecto que tanto le cuesta expresar -y ofrecer- en la incapacidad emocional y vital que lo define

Un gélido sonámbulo que podría despertar a la vida si se abrazara a Alicia y que sin embargo prefiere abismarse en la “noche” del mundo sin albas, en el “reino” de Bárbara



Destructividad y perversidad

Bárbara, una mujer que se ríe a carcajada limpia al sujetar un bebé de una amiga en su fantasear con lanzarlo por la ventana regocijándose al imaginar la reacción de los padres y su esposo. En esa voluntad la constatación de su lamentable estado emocional y psíquico, la constatación de la destructividad y perversidad que la dominan y a la que parece no querer renunciar

Ante esa realidad, Alfredo transita entre el abandonarla o el permanecer junto a ella y acaba siempre quedándose atrapado en una relación tóxica de la que él también es en parte responsable por su actitud distante y por su priorización del rol de médico del que le resulta muy difícil separarse

Ese casi imposible abrazo de amor lo busca Bárbara ansiosamente fuera, un fuera muy oscuro que para nada puede ofrecérselo su esposos y en el que están el hechizado Damián y su pasado perverso que Luis le hará revivir

Por una serie de coincidencias, Bárbara invita a Luis a su casa. Dos desesperados que se encuentran, uno desesperado por tener dinero y la otra desesperada por ser amada

Allí Bárbara le pide ese abrazo de amor que tanto desea –un imposible en alguien que nada sabe de ella- y acaban los dos acostándose juntos. Luis aprovecha la circunstancia para chantajearla, él no se deja caer en la toxicidad que Bárbara emana sino que por el contrario se empodera aprovechándose de ella. Él hace aflorar la ambivalencia que Bárbara encarna: la potencia dominadora y simultáneamente la soledad herida que demanda cuidados

Para obtener ese dinero del chantaje, Bárbara vuelve a trabajar como prostituta de lujo con gente tan o más gélida que los protagonistas retratados, gente tenebrosa en el grado máximo de la no empatía, gente rica en lo material y extremadamente pobre en ser, gente que pagan fortunas en juegos perversos de “divertimento” para ver sufrir a gente

Ese es el mundo oscuro que guardaba ella en secreto y del que sólo sabe Damián quien la auxilió en su momento –y por ese ayudar estuvo preso- y la auxiliará de nuevo cuando Bárbara acude a él destrozada física y emocionalmente tras dejarse torturar

Lo atrapa de nuevo con su toxicidad a base de mentiras que la convierten en víctima sin responsabilidad y halagos falsos que lo convierten en su héroe. El ángel de la guarda –así lo llama ella aunque más que ángel es demonio- vengará nuevamente a su amada platónica. Platónica porque Damián –el feo y el viejo para Bárbara- es el único hombre de su entorno que parece vetado para el abrazo de pieles

 


No me mires

Damián, un hombre tranquilo de aspecto pacífico que busca ordenarse montando puzles y que para satisfacer a su “Black Magic Girl” se transforma en gélido asesino

Lo vemos poniéndose guapo para ir a por el chantajista Luis mientras suena un antiguo tema musical que describe su sentir, una canción de Manolo Caracol cuya letra dice: “Ay niña de fuego, mujer que llora y padece te ofrezco la salvación. Y el cariño es ciego, soy un hombre bueno que te compadece”

Y en ese saberse bueno obrando como malo pide siempre a sus víctimas antes de matarlas –van a ser varias, no sólo Luis- que no lo miren a los ojos

Todos se giran crédulos o cobardes excepto la niña antitética de su amada, la inocente Alicia vestida de hada mágica con su varita corazón lo mira fijamente a los ojos interrogándolo y es Damián quien ha de cerrar los suyos –no puede soportarse- para poder dispararle

Así “vive” el viejo profesor –y el resto de los gélidos retratados aunque no esgriman armas-, matando inocencias en la noche oscura de quien ha optado por cerrar los ojos y los brazos a la vida para abismarse en sus opuestos oscuros: el egoísmo, la indolencia, la sumisión, la distancia, la rigidez, la negación, la prisa, la automatización, la uniformización…



Magia y coincidencias

Vermut pone el foco en la ambivalente “magia” del mundo –en general y en el de su ficción- jugando hábilmente con las coincidencias de la vida como factor más allá del afanoso control humano para así establecer contactos y nexos entre sus personajes:

Luis y Bárbara se conocen porque ella vomita desde su balcón a la calle la noche en la que él se disponía a atracar la joyería situada en su edificio. Vomita por su intento suicida mediante la ingesta masiva de las pastillas del control distante del esposo, un vómito producto de su desesperada y atormentada soledad, un vómito interior del “monstruo” que encarna y que viene a ser como el testigo oscuro que Luis recogerá en su deriva abismal

Y Luis encuentra “casualmente” la pieza que Damián busca desesperadamente para completar su gran puzle, se trata precisamente de la simbólica pieza central. Una potente imagen esa que puede entenderse como el extremo descentramiento que evidencian ambos hombres. E incluso puede interpretarse como que los dos transitan en un juego peligroso en cuyo abismal centro anida el monstruo –cual minotauro en el laberinto- que ellos alimentan en su persistente negación vital

Además Luis y Damián están conectados por su profesión, ambos son maestros que parecen mostrarse incapaces de hacerse respetar por sus almunos entiendo que por la propia incapacidad de respetarse a sí mismos. En este sentido Damián confiesa que la única vez que ha experimentado pánico en su vida –pese a haber estado diez años en la cárcel con todo tipo de reclusos violentos- fue en clase frente a una niña de 12 años: Bárbara, la mujer que le he abismó en la oscuridad

Luis pues en el centro descentrado de las coincidencias actuando como sonámbulo entre las magias opuestas luz/oscuridad de Alicia y Bárbara

Y Damián es el único de los hombres de Bárbara que por “mérito” propio se convierte en todo un “Black Magic Man” capaz de asesinar a adultos y niños. Lo vemos haciendo desaparecer entre sus manos el teléfono móvil de Luis que contenía las grabaciones con las que chantajeada a Bárbara. Lo hace desaparecer ante ella del mismo modo que su abductora hiciera con una nota envenenada en ese lejano día en el que el profesor sintió pánico de su poderosa alumna-maestra

Las palabras mágicas son las mismas que usó entonces ella: “no puedo dártelo porque no lo tengo” una expresión referida al objeto envenenado –sea nota, sea móvil- que a mi entender es metáfora de sus corazones envenenados, de sus corazones gélidos, de sus corazones “desaparecidos” que a nadie pueden amar realmente

Los opuestos a la vida –maestra y maestro oscuros- se miran en silencio en el simbólico hospital donde ella se recupera de las heridas físicas del siniestro “juego” por dinero, unas heridas que más allá de lo físico permanecerán por su abismal desconexión vital

El silencio de los dos autómatas preside esa descorazonadora –nunca mejor dicho- escena final

A modo de conclusión

La oscuridad retratada y el durísimo final son toda una metáfora acerca del mundo en que vivimos, un mundo en el que la humanidad –como esos personajes- parece abocada irremediablemente al abismo

A mi entender la pedagogía de la obra está en darse cuenta de que cada uno de nosotros puede decidir cómo se posiciona frente a las oscuras inercias del mundo. Nos muestra las consecuencias de dejarse congelar en vida, de cómo en ese dejarse participamos en la oscuridad del mundo y ayudamos a la deriva grupal

En este sentido la clave está en el personaje de Luis que es quien en el presente retratado inicia el camino abismal al no-lugar oscuro en el que los otros personajes adultos ya se encuentran

Lamentablemente Luis decide comprar amor y en ese obrar distante congelar su corazón sumiéndose en la soledad gélida que -tal y como expresa la gran Virginia Wolf en la cita del encabezado- expulsa la vida. La expulsa porque en esencia la vida es compartir, interactuar y abrazar aunque duela. Especialmente abrazar cuando duela porque el dolor amado/entendido es oportunidad de sanación

Este ensayo es la revisión del publicado en el diario chileno CyL




 

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