La Mesías: De infancias traumáticas y búsquedas liberadoras
La serie trata sobre irse de casa y sobrevivir. Y sobre salir
del armario, también: abrir la puerta y salir al mundo. Creo que nos resuena, y
me incluyo, a personas cuyas relaciones familiares no les han permitido ser
ellos mismos
Javier Calvo
Esta
notable obra audiovisual supone la confirmación de la grandeza artística de “los
Javis” (tal y como se denomina a esta exitosa pareja de guionistas y
realizadores españoles formada por Javier Ambrossi y Javier Calvo) como
creadores de historias que atrapan a todo tipo de públicos, especialmente a las
generaciones jóvenes
Digo
notable y no excelente porque según mi opinión en ella hay un excesivo
recrearse en la oscuridad retratada. De hecho, estuve a un tris de dejarla tras
visionar los dos primeros episodios
Pero
afortunadamente me espolearon a seguir (esas mujeres familiares que saben
incitar) y aquí estoy hablando de La Mesías (2023) especialmente
por su a mi entender magistral último episodio en el que se da sentido y
profundidad al drama humano vivenciado
Un drama
escenificado en estilo que se confiesa heredero del laureado Pedro Almodóvar
con una estética muy cuidada y unos personajes ricos en matices que emanan de esa
España pasional nuestra que transita entre el puro esperpento y la verdad
desnuda del alma
Mención
especial merecen todas las magníficas interpretaciones del reparto actoral que
encabezan Roger Casamajor (Enric adulto), Macarena García (Irene adulta), Ana
Rujas (Montserrat joven), Lola Dueñas (Montserrat adulta), Carmen Machi
(Montserrat anciana) y el singular cantautor Albert Pla (Pep)
En huida permanente
La historia gira entorno a Montserrat, una joven inestable que tras abandonar su hogar familiar va dejando atrás relaciones tóxicas llevando consigo a sus pequeños Enric e Irene quienes desafortunadamente vivencian el caos que su madre encarna
La huida
materna -de vivienda en vivienda, de relación en relación- se entiende como una
huida de sí misma, de los aspectos negativos de su ser y estar no reconocidos
que ella siempre proyecta fuera, especialmente en los hombres con los que se
relaciona
Pero
cuando esta huida recurrente se torna imposible, la huida física muta a huida
psíquica: muta a enajenación mental. Un cambio drástico que Montserrat
experimenta en sí misma tras entregarse a Pep, un hombre de radicalidad
religiosa cristiana que la encierra a ella -y a sus sufridos hijos- en su mundo
de privaciones
Montserrat
-quien ya tenía una contradictoria fe cristiana por influencias paternas- se
escabulle del dominio de ese hombre casi asceta que la induce a procrear hijas (seis
hermanas para Enric e Irene) convirtiéndose en mensajera divina gracias a sus
supuestos poderes canalizadores que deslumbran a Pep y desestabilizan aún más
si cabe a sus hijas e hijo
Porque
si la madre en su egoísmo desmesurado siempre fue la antítesis del amor y el
amparo para sus hijos, ahora como “madre divina” que se cree con la misión de “salvar
al mundo” los somete a una vomitiva dictadura emocional que anula sus
individualidades
Montaña
“mágica”
El
nombre propio de “la Mesías” no es para nada arbitrario. La historia se
ambienta en Catalunya iniciándose y concluyendo en nuestra singular montaña
“mágica” consagrada a la virgen negra o “moreneta”
El negro
o la oscuridad de la patrona catalana bien puede asociarse al negro o la
oscuridad que la Montserrat de esta historia encarna en una espiral creciente
que ya como “madre divina” parece imposible que algún día pueda llegar a iluminar/reconocer
Y esa
imponente y peculiar montaña -retratada en suma belleza- se nos presenta casi
como una protagonista más de una historia de historias que enlaza personajes
movidos por “la búsqueda”
En
Montserrat está trabajando un traumatizado Enric adulto como técnico audiovisual
para la realización de un documental sobre los populares avistamientos OVNI que
son motivo de peregrinaje para muchos “amantes del misterio”
Allí
mismo peregrinan también miles de fieles cristianos, algunos de los cuales
cumplen con gran devoción promesas de todo tipo -como la de acceder al lugar en
genuflexión- tras haber sido agraciados -en su ferviente fe- por la “mare de
Déu” de Montserrat
Y allí
también en la ficción retratada se aloja una colonia de influencias chamánicas
e hinduistas que pretende ayudar a la sanación física, emocional y psíquica de
las personas que lo demandan facilitándoles herramientas para alcanzar ese fin
personal y de alguna manera poder trascender la desconcertante realidad del
mundo
Búsqueda,
misterio, fe, trascendencia… o la humana pulsión interior de entenderse y
entender
Enganche versus libertad
En este sentido, La Mesías nos muestra como en demasiadas ocasiones esa búsqueda trascendente se convierte en cárcel para los que se entregan a un grupo que aparenta ayudar pero que en realidad se fundamenta en el someter y que en consecuencia acaba anulando al buscador convirtiéndolo en siervo dependiente de por vida
Y así
mismo retrata como a menudo el “creyente” o “adepto” utiliza la búsqueda o la
fe en lo trascendente tan solo como refugio a su desamparo vital o bien como una
forma de escapismo frente a la incómoda realidad de su vida; y de cómo en ambos
casos esa actitud falsa -esencialmente con uno mismo- lo aleja del necesario trabajo
interior para la sanación real
Esa es
la tóxica realidad del “hogar” sectario de la “Mesías”, esa es la toxicidad que
han mamado las siete hijas y el hijo. Una toxicidad que los Javis nos muestran
en descarnada crudeza, una crudeza que ocasionalmente es aliviada con acertadas
notas de humor que resaltan el patetismo del drama vivenciado
Pero esa
toxicidad sectaria está también -en menor medida, pero está- en casi todos los
grupos de fe retratados en la serie. Lo está en los cristianos que acuden a
misa o a un festival católico de supuesta hermandad y lo está especialmente en
la hermana de Pep quien es miembro activa del radical Opus Dei
Otra
cosa es -en mi opinión- el grupo chamánico hinduista al que Enric acude
finalmente en su imperiosa búsqueda de sanación y trascendencia. Un grupo que
en mayor autenticidad prioriza la libertad individual en el laborioso proceso
de descubrirse
Y
también se nos presenta como liberadora la “fe artística” de los hijos del clan
Montserrat que encuentran una salida o un alivio a su cárcel doctrinal gracias
al visionado de una película musical que Enric -él, siempre él como motor-
consigue a escondidas de los padres
Esa
música y esa danza como sano escapismo para unos hermanos que casi nada conocen
del mundo exterior; para ellos Cantando bajo la lluvia es necesario
alimento del alma, es “arte sagrado” puesto que Enric y sus hermanas cristianas
de alguna manera “creen” también en Gene Kelly y compañía
Por esa
influencia, con el tiempo las hermanas aceptarán de buen grado formar un grupo
musical dirigido por su “santa” madre que llegará a ser todo un fenómeno viral,
aunque para muchos lo será más por su “frikismo” que por su supuesta labor conciencial
y de “salvación humana”
Sendas hacia la sanación
Esa nueva mutación del clan Montserrat sucede cuando tanto Enric como Irene han podido abandonar físicamente el “hogar” tóxico, primero él se vio forzado a irse -es impactante y muy simbólica la escena que nos muestra cómo ocurre- y luego fue ella quien logró marchar, pero en su caso con mucha mayor determinación personal
Ellos dos
no están físicamente allí pero cada uno sigue cargando -a pesar de los años
transcurridos- con su pesada cruz. Cruces forjadas en negro profundo por tanto
mal vivenciado, tanto desamparo y tanta manipulación perversa
Comprobaremos
que la de Enric es mucho más pesada por -entre otros factores- su condición de
único varón de la prole que lo convirtió desde bien niño en el “hombre” de la
casa y de alguna manera de la absorbente matriarca
En este
sentido, se nos muestra cómo él se orina encima cuando descubre un videoclip de
sus seis hermanas; Enric aterrorizado viéndolas cantar mientras el resto de la
audiencia ríe burlonamente
Y ese
impactante volver a verlas -que se produce en el primer episodio cuando él está
trabajando en la montaña de Montserrat- desencadena su búsqueda personal que lo
llevará a la necesidad de reencontrarse con sus hermanas
La primera
hallada será la “liberada” Irene y después Enric se enfrentará al duro regreso
a la tóxica cárcel familiar donde aún habitan las otras seis
Enric
necesita volver al pasado para sanarse, pero Irene -aparentemente más fuerte
que su hermano- cree que no, ella optó en su día por hacer una especie de
“borrón y cuenta nueva” que sólo es así en parte puesto que la herida sigue
abierta en su interior
Esta
realidad enmascarada (la herida) surgirá en el momento que Enric vuelve a su
vida y más aún cuando una de sus hermanas deje el grupo musical y el “hogar” materno
para vivir con ella en un hogar (el de Irene) que afortunadamente es cálida
acogida sin dolorosas comillas
Y es que
la imperiosa búsqueda de Enric se convierte en luz para sí mismo y de alguna
manera también es luz para sus hermanas ante la densa y cargante oscuridad del
clan familiar. Por él, dos de ellas aligeran pesos
Y ese es
precisamente el bello mensaje final de La Mesías: hay esperanza para
quien confía y está dispuesto a implicarse y comprometerse en la tarea de poner
luz a su oscuridad e iniciar así un verdadero proceso de sanación, un poner luz
activo que a menudo va más allá de uno mismo
A
Paula y Keyla, las mujeres familiares que han hecho posible este ensayo
Este artículo es la revisión del publicado en el
diario CyL
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