Everything is Illuminated: La memoria como legado
Todo está iluminado por la luz del pasado. Siempre está a nuestro lado, dentro, mirando hacia fuera (Citado en la película)
En base a la novela autobiográfica de Jonathan Safran Foer,
Liev Schereiver escribe y dirige esta maravillosa película que a modo de originalísima
fusión de drama y comedia nos muestra el viaje del estadounidense Jonathan para
conocer el pasado europeo de su abuelo. Una “road movie” de enorme sensibilidad
que emociona en el retrato humano de sus personajes, de la desalentada Ucrania
postcomunista y asimismo en el recuerdo de la barbarie nazi
Everything is
Illuminated (2005) ensalza el valor y la necesidad de conservar la memoria
individual y colectiva; y lo hace reivindicando lo raro como expresión de
autenticidad presentándonos a unos protagonistas que rompen moldes (todos ellos
excelentemente interpretados por los actores que los encarnan): Jonathan Safran
un excéntrico coleccionista (Elijah Wood), Álex un friki musical (Eugene Hütz),
su abuelo cascarrabias Boris (Boris Lyoskin),
Lista (Laryssa Lauret) una mujer que es la memoria de un pueblo… y Sammy
Davis Jr. Jr, la muy especial perrita del abuelo
Destacar asimismo su excelente fotografía y banda sonora
cuyos temas resaltan la belleza desenfadadamente profunda de una película que
nos transporta al doloroso pasado de Ucrania, un país que desgraciadamente y en
pleno siglo XXI vuelve a vivenciar el horror de la guerra
Ismos y cadenas
Sabemos que los ismos casi siempre (por no decir siempre) son excluyentes. El comunismo histórico soviético y el nazismo sin duda lo son
Mientras que el nazismo no se esconde de su condición e
incluso se enorgullece de su aberrante modo de ser, el comunismo soviético que
en esencia podría haber sido algo beneficioso se convirtió lamentablemente en
otro monstruo inhumano
Ucrania -como el resto de naciones que Rusia se anexionó
tras la Segunda Guerra Mundial- fue uniformizada en lo soviético gris. Lo
soviético gris o el comunismo sin alma, sin vida, sin alegría, sin arte libre…
todo por una falsa igualdad que en realidad resultó ser la anulación del individuo
y la sumisión al “partido del pueblo”, ese ente distante y gélido que lo
gobierna todo sin respetar al pueblo en sus ricas diferencias
En este sentido, el gran escritor polaco Adam Zagajewski nos
habla con desazón de la “fealdad soviética” que entiende se evidencia en su
monótona arquitectura y en el descuido o en la falta de mantenimiento general
de todo, “el descuido era el estado más natural en el comunismo”, comenta en su
magnífica obra En la Belleza Ajena
Schreiver nos muestra la fealdad de ese pasado soviético
aún presente en la Ucrania independizada que ahora está de nuevo amenazada por
su voraz nación vecina. Y vemos el contraste entre las gentes de más edad y los
jóvenes que en su rechazo al pasado opresor vibran con el mundo occidental
consumista. Comunistas versus consumistas, gentes acostumbradas a la escasez
versus nuevas generaciones deslumbrados por la “abundancia” occidental creyéndose
libres por ese “libre” acceso a todo
Una liberación juvenil que sabemos que no es tal, es un
mero cambio de cadenas: de las cadenas de hierro oxidado de la hoz y el
martillo a las cadenas doradas del capitalismo que luce el joven Álex en su
cuello que son toda una imagen simbólica de los atrapantes bienes de consumo
que hay que pagar a plazos o la esclavitud capitalista de nuestro mundo
Y junto a ese binomio, el retrato de un tercer ismo: el
nazismo, esa atrocidad histórica que algunos pretenden negar. Ese radical
nacionalismo que separa-discrimina a lo diferente, que degrada-extermina al que
no es de su “raza elegida-superior” y que incluso justifica o normaliza la
muerte más cruel. El nazismo genocida de Hitler, ese ismo de barbarie extrema
obsesionado con el exterminio del pueblo judío
En la película se nos evoca el caso histórico de toda una
población ucraniana arrasada que actualmente está desaparecida del mapa y de la
que sólo quedan ya dos antiguos habitantes que se reencuentran. Uno es el
abuelo de Álex quien malvive en su olvido forzado y la otra es Lista, una mujer
que vive como atrapada en el tiempo encarnando la memoria de toda su gente
Debo advertir que el análisis que sigue contiene spoilers
Guardar
Muchas personas guardan y son coleccionistas por afición. Los hay que guardan por pura incapacidad de desprenderse. Y los más comunes son los que conservan para recordar momentos, experiencias y/o personas. A este tipo pertenecen los dos coleccionistas de la obra, pero para nada ellos son comunes…
Jonathan colecciona obsesivamente todo tipo de objetos que
son recuerdos de su vida y la de su familia. Objetos que guarda bien visibles
en las paredes de su habitación perfectamente referenciados en sus bolsas de
plástico cual detective criminalista. Le confiesa al joven ucraniano Álex -quien
lo acompaña en su viaje al pasado- que él guarda porque “a veces me da miedo
olvidarme”. Así, se entiende que Jonathan conserva en su necesidad de evitar que
el olvido lo alcance como desgraciadamente les ocurre a tantos enfermos de Alzheimer,
de alguna manera para él coleccionar es la deseada vacuna a tan desagradable -y
simbólico- mal moderno
Por su parte, Lista guarda también bien etiquetados en
cajas multitud de recuerdos, pero en su caso no son para ella, sino que los
conserva para quien pudiera acudir a saber de tantas vidas sesgadas por la
barbarie nazi. Ella ha recogido numerosos objetos de los familiares, amigos y
vecinos fusilados a la orilla del río. Lista encarna heroicamente a toda esa
gente masacrada. Lista, un nombre que en español remite por un lado a la larga
relación de personas asesinadas y a la vez expresa su estar siempre preparada para
ofrecer tan preciado legado. Muy bella su labor, muy bella su esperanza
Amigos y radicalmente
distintos
Jonathan es un tipo siempre trajeado cuya forma de estar y mirar es casi imperturbable. Un joven excéntrico poco sociable y con manías asépticas como la comentada de guardar todos los recuerdos en bolsas de plástico. Una asepsia que puede entenderse como imagen del miedo al contacto directo piel a piel
En cambio, Álex es un apasionado de la vida. Él viste del
todo informal, se desmelena bailando, se expresa gestualmente, dice
espontáneamente lo que siente, le molan las chicas y el sexo…
Dos modos pues radicalmente distintos de ser y dos Mundos
(el estadounidense y el ucraniano) también muy diferentes (a pesar de la
uniformización inherente a la globalización económica de nuestro mundo). Y pese
a ello o quizás por ello poco a poco se irán entendiendo y se harán buenos
amigos
Para Jonathan la amistad con el ucraniano le supondrá un
cambio necesario, una apertura al sentir con más intensidad. Y para Álex también significará un abrirse fundamental
que le llevará a tomar conciencia de otras realidades y a sacar lo mejor de sí
para dejar de ser un sobreviviente pasota. Así, es bello ver cómo cada vez son
más cómplices en su mirar, reír, bromear, doler, llorar… cada uno en su forma
única que es renovada gracias al otro
Juntos vivencian la que Álex denomina en su tosco inglés “rígida
búsqueda”, o la búsqueda del duro pasado de sus abuelos porque también el
abuelo de Álex se reencontrará con lo vivenciado en la guerra, un pasado que el
joven friki ignoraba
Como también Jonathan ignoraba aspectos del de su abuelo, él
ha viajado allí precisamente para saber más de ese hombre que emigró a América
dejando a una mujer llamada Agustina quien descubrirá que fue su primera esposa
Sol y Luna
Es de una gran belleza la escena de su sueño simbólico en el que Jonathan se ve a sí mismo a pleno Sol en la otra orilla del río del genocidio para luego verse reflejado de noche en sus aguas, un río en el que navegan fotos o las aguas de la vida que le conectan a su abuelo al que tanto se parece físicamente, un río en la noche de los tiempos que pronto recibirá la luz del Sol
Y es que ese descubrir la verdad del pasado de los abuelos se
nos muestra en arrebatadora luz solar. En este sentido impacta la belleza de la
casa de campo de Lista rodeada de majestuosos girasoles como símbolo de las
múltiples vidas o personas que buscan la luz que las reconozca. Maravillosa
imagen de fuerza vital solar que cobra mayor significación gracias a las ropas
blancas tendidas o el blanco de la ansiada paz que sólo puede alcanzarse
iluminando el pasado para reconocerlo y abrazarlo
Y en contraste complementario la luz refleja de la Luna que
absorbe la mirada del abuelo de Álex en la noche ribereña, la Luna que le
transporta al pasado que mucho tiempo atrás decidió enterrar. En otra brillante
escena se nos muestra como él recuerda cuando lo fusilaron y de cómo abrió los
ojos viendo nuestro satélite y esperó para levantarse de entre los cadáveres
amontonados. Simbólicamente se sacó su chaqueta con la cruz judía y la lanzó a
los muertos; simbólicamente pretendió dejar atrás lo que es, un hombre judío
Ahora al encontrar el lugar donde murió Agustina, encuentra
él su lugar forzada-mente “olvidado” y que le ha carcomido siempre
convirtiéndole en un viejo gruñón que afirma ser ciego (la ceguera como símbolo
de la negación del ver, de la negación de la luz que le permitiría volver a su
pasado). Pero desafortunadamente no aprovecha la oportunidad que se le presenta
para resarcirse y resarcir, y prefiere volver a huir, aunque ahora desde la
radicalidad del suicidio
La raridad en autenticidad
La película es un canto en defensa a la raridad en autenticidad que se agradece como bocanada de brisa fresca en este Mundo a menudo tan áridamente uniforme en el que transitamos. Lo raro único que suele ser desdeñado o ser objeto de burla o incluso perseguido-encerrado-anulado por la mayoría obediente a lo “normal”o establecido. Así que ¿quién es raro, la gente que encarna diferencias sorprendentes en su autenticidad o la mayoría que transita adormecida con miedo a ser?
En este sentido, Schreiver nos ofrece una original escena final
en la que vemos a Jonathan caminando solo en un túnel-pasillo del aeropuerto neoyorquino
al regreso de su viaje. Un túnel que simboliza el re-nacimiento en su tierra
original como un hombre nuevo, como alguien que ha aprendido de su rica
experiencia europea donde ha descubierto la historia de su abuelo y se ha descubierto
a sí mismo superando sus miedos aislantes
Y entra en la sala de llegadas del aeropuerto donde ve -vemos- a los
actores personajes que conoció en Ucrania y gracias a los cuales es un
renacido, los vemos en otros roles diferentes; un final brillante que puede
interpretarse como imagen de los actores a menudo inconscientes que somos todos
nosotros en este Mundo cada vez más grotesco en el que vivimos. Un mundo
grotesco que parece clamar la necesidad de que acabemos ya con la falsa uniformidad
de la normalidad establecida que nos atenaza para desde nuestra autenticidad
dejar aflorar la raridad única que somos
A Paula, mujer compañera de vida re-conocida. A ella que
es memoria y tanto le agrada esta luminosa película
Este artículo es la revisión
del publicado en el diario CyL
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