The Professor and the Madman: De las palabras y la condición humana





Todo gran y bello trabajo ha venido de la primera mirada sin encogerse en la oscuridad. He estado muy familiarizado con la oscuridad. Juntos reduciremos la oscuridad hasta que sólo quede la Luz. Cada palabra en acción se vuelve hermosa a la Luz de su propio significado

Citado en la película

 

El guionista y realizador iraní de Farhad Safina nos ofrece una sensible película basada en la historia real del filólogo James Murray quien a finales del siglo XIX se dedicó a elaborara un nuevo diccionario de la lengua inglesa

Dos actores consagrados encarnan a los protagonistas de The Professor and the Madman (2019): Mel Gibson dando convincente vida a James Murray y Sean Penn en una brillante interpretación como el atormentado doctor William Chester Minor


Proyectos complejos

A partir de la novela The Surgeon of Crowthorne de Simon Winchester basada en la historia real del filólogo James Murray, el guionista y realizador iraní –colaborador habitual de Mel Gibson, impulsor del proyecto- dirigió en 2019 esta película aparentemente “fallida”. El rodaje se demoró en el tiempo y surgieron discrepancias entre sus dos productoras –una de ellas propiedad de Gibson- que acabaron en los tribunales. Tanto Safina como Gibson se declararon decepcionados por el resultado final hasta el punto de que el director firmó con el seudónimo P.B. Sherman. El filme no ha tenido una buena acogida por gran parte de la crítica, pero aun así -a mi entender- es una buena película cuya principal virtud es el de tratar con humanidad distintos temas de interés y trascendencia

The Professor and the Madman nos muestra como Murray –hombre autodidacta que hablaba multitud de idiomas- acometió a finales del siglo XIX la faraónica tarea de elaborar un nuevo diccionario de la lengua inglesa bajo el auspicio de la prestigiosa Oxford University. Pero su equipo de ayudantes fue muy reducido debido a los recelos de algunos miembros de la institución que no veían con buenos ojos que alguien sin titulación dirigiera tan magno proyecto. Así que pidió la colaboración desinteresada a lectores y estudiosos que colapsaron la oficina de correos local. Entre sus colaboradores destacó William Chester Minor un cirujano estadounidense internado en un sanatorio mental diagnosticado como esquizofrénico tras asesinar a un padre de familia. Y gracias a ese “loco” el proyecto de “locos” fue un éxito, el diccionario se publicó

El análisis que sigue en torno a los aspectos trascendentales tratados contiene spoilers, así para aquellos lectores que no hayan visto este filme y quieran hacerlo quizás sea mejor leerlo tras su visionado

 


Sabiduría real

Un autodidacta sin titulación alguna versus académicos de la prestigiosa Oxford University. Murray es un hombre que sabe más allá del conocer porque ama apasionadamente las letras escritas, mucho sabe de las palabras desde su etimología a sus diversos usos. Sabe más que la mayoría de esos ilustres que lo examinan y que a regañadientes aceptan su liderazgo. Murray nos recuerda a todos con su ejemplo que no es el título lo más importante, mensaje este que creo muy importante en nuestra actualidad donde cada vez se exige/valora más el tener títulos

Él es un sabio en el sentido amplio de la palabra, más allá del conocer académico sabe aplicar ese conocer en algo tangible, sabe apreciar y valorar el habla del pueblo (no sólo la del erudito como les ocurre a muchos de esos académicos) que incluirá en su diccionario, sabe buscar soluciones creativas a los problemas como el pedir la colaboración desinteresada de lectores y estudiosos… En definitiva Murray es un verdadero sabio por su dedicación sentida, por su autenticidad y humildad, por su amplitud de miras e incluso por su liderazgo colaborativo frente a los egos excluyentes de tantos “sabios”

En Murray está la pasión del explorador, del que busca conocer los orígenes del nombrar humano, los orígenes o el antes de la con-fusión de Babel, la búsqueda de la fusión de todas las lenguas en la primordial. El filólogo busca llegar a ese Edén –simbólicamente el libro del que más referencias obtiene es El paraíso perdido de John Milton- en su amor a todas las lenguas, en su conocimiento de muchas lenguas, en el reconocimiento a la riqueza de cada una de ellas como reflejo de la diversidad humana. Un hombre así de grande sin duda era el indicado para acometer tan magna obra


Trabajo versus familia

El trabajo para la Oxford University implica trasladarse a vivir a esa población lo que supone un contratiempo para su familia. Ada (su mujer, interpretada por Jennifer Ehle) le apoya en todo, acepta el cambio de domicilio, tolera con gran empatía las ausencias de un Murray totalmente entregado al trabajo… Y es que el hombre está absorbido por el proyecto; lo vemos trabajar en un estudio construido para ese fin en su jardín, allí pasa las horas mientras los niños crecen con poco contacto paterno. En favor a Murray cabe apuntar su facilidad para conectar con sus hijos

Aún así, es duro para un hijo no tener la suficiente atención paterna (sea hombre o mujer), a menudo esa carencia tiene consecuencias en su vivir adulto, no es lo mismo el sentir de una esposa madre (o un hombre padre) –que puede hasta cierto punto aceptar esa ausencia- que el sentir de un hijo que tiene que “tragarse” esa decisión de uno y esa aceptación del otro. Lamentablemente en aquella época –y a menudo aún hoy en día- no se tenía en cuenta la necesidad de conciliar trabajo y familia

En este sentido es significativa la escena en que lo vemos trabajando una Nochebuena. Ante su ausencia Ada decide salir con los hijos a jugar con la nieve del jardín y para que Murray los vea le tiran bolas a la ventana del estudio. Y como el profesor sale y juega con ellos, disfruta y los hace disfrutar, ¡qué menos que estar por su familia en una celebración tan importante para los niños de todas las edades!

 



De traumas y locura

El doctor Minor cumple su condena ingresado en un sanatorio mental. Se nos muestra cual es la causa de su desequilibrio: sirvió en la guerra y allí se vio obligado a marcarle la cara a un desertor. Esa imagen le atormenta, allá donde se encuentre cree ver a ese hombre persiguiéndole. Creyó verlo la noche que asesinó al padre de familia. Y lo ve recurrentemente también en el sanatorio

Las indeseables guerras que tanto daño han hecho a tantísimas gentes a lo largo de los tiempos. Muertes, invalideces, traumas… dolor en demasiadas familias, en multitud de personas. Dolor muy difícil de transmutar, traumas que calan hondo en todas las personas afectadas y especialmente en aquellas que han vivenciado en sus carnes semejante horror

Entiendo que ante ese dolor, ante ese trauma se hace necesario empatizar con la persona que lo sufre. Empatizar con la víctima, meterse en la piel de su sufrimiento, ahondar en las causas de su dolor, estar a su lado, apoyarlo pacientemente… No es fácil que familiares y amigos puedan con tanto, de ahí la creciente necesidad de ayuda especializada

Pero desafortunadamente en Psiquiatría suele privar la medicalización al alza del paciente con poco interés empático. Y la Psicología no siempre es eficaz, a menudo en la obsesión por el control del tiempo de las sesiones se dejan cortadas a las personas en su desnudez anímica. Tratar a alguien con problemas psíquicos o psiquiátricos requiere mucho por parte del profesional, la frialdad/distancia con la que algunos se protegen impide –a mi entender- la verdadera sanación

Minor está solo, nadie lo conoce, nadie cerca que pueda entender su trauma, su estado mental y anímico Inicialmente en el sanatorio recibe un buen trato lo que parece extraño teniendo en cuenta la época retratada. Sin duda influye el hecho de que él es médico, por ello el director del centro lo trata como “colega” interesándose en ese hombre brillante sumido en la oscuridad, se muestra amable haciéndole –haciéndonos- creer que es su amigo…

 



El valor de la amistad

Pero el gran amigo en esa institución no es el director, el gran amigo es Muncie el segundo de a bordo que agradece el que el cirujano salve la vida a un compañero. Muncie hace todo lo posible para mejorar el día a día de ese peculiar paciente. Vemos como se ofrece para hablar con Eliza, la visita en distintas ocasiones con el encargo del hombre que truncó su vida: Minor quiere compensarla entregándole todos sus bienes. Grande el corazón de ese hombre doblemente traumatizado (la guerra y ese asesinato involuntario), grande también el corazón de Muncie que con delicadeza y entrega busca ayudar a su amigo y a la viuda y sus hijos. Hay mucha belleza en esos hombres unidos por la amistad con mayúsculas

Gracias a Muncie, Minor recibe  la carta de solicitud de ayuda para el diccionario que Murray redactó para que llegara a todos los lectores del país. Al buen hombre le agrada esa propuesta y con entusiasmo se dedica a investigar palabras gracias a los libros que le facilita el director, esa tarea hace que salga del pozo en el que se encontraba. Y paralelamente sus brillantes contribuciones conseguirán que el proyecto del filólogo salga del crítico estancamiento en el que se hallaba

Así, Murray se persona en el sanatorio con un ejemplar del primer volumen editado como agradecimiento a ese doctor que tanto le ha ayudado. Es bellísima la escena en que se conocen: Murray se presenta creyendo que Minor es el director (Muncie lo ha acompañado al jardín donde se encuentra sin desmentirlo), allí sentados en un banco conversan en erudición cómplice hasta que el filólogo comprende su situación y con naturalidad lo acepta, acepta su “locura” (¿quién es el loco? Se cuestiona en su sabiduría) y promete volver llamándole hermano. Grande el corazón del filólogo

Los dos amigos (Murray y Muncie) demostrarán que lo son en la recaída que sufrirá Minor. Recaída producida por los sentimientos contrapuestos en su acercamiento a Liza y sus hijos. Recaída en la que se hará patente el verdadero interés del “amigo” director  y la autenticidad de la amistad de Murray y Muncie. Es sabido que la grandeza de una amistad y un amor se manifiestan precisamente en los momentos críticos, así es con esos dos buenos amigos y será también con Eliza quien mutará su odio en amor


Amor versus odio

Eliza acepta comida ofrecida por Minor para sus hijos una noche de Navidad, se nos muestra como Muncie comparte la mesa familiar y consigue que ella abra la posibilidad de aceptar también su dinero, irá a visitar a Minor para ver qué siente al mirarle a los ojos

Lo hace en el despacho del director donde un Minor cabizbajo saca valor para mirarla, pero Eliza no puede con ese mirar y su sentido gracias, aún no puede con el doloroso recuerdo de la muerte de su esposo, aún lo odia y en su autenticidad no quiere su ayuda. Lo hará de corazón tras sucesivos encuentros en los que irá conociendo a ese hombre atormentado descubriendo su gran humanidad, Minor le enseñará a leer y ella le agradecerá tanta ayuda. Encuentros en el jardín (de nuevo ese espacio abierto en armonía con la naturaleza como lugar de resonancias humanas) en los que se irá forjando una sólida amistad que desencadenará en amor

Ese amor creciente será la causa de la recaída de Minor. Queda tocado al recibir la bofetada de la hija mayor en una visita familiar en la que conoce a los niños, ella es la única de ellos con conciencia de lo ocurrido, ella ha vivenciado el dolor y la carga materna,  ella lo sabe responsable y descarga su justificada ira en esa bofetada. Debido a ella decae el interés de Minor por todo, ni el trabajo de investigación para el diccionario de su amigo le sirve para salir a flote

Y cae al fondo del pozo tras el beso de amor de Eliza que le sigue visitando, el beso de amor mutuo que él no puede asumir en su carga de culpabilidad. A partir de ahí vuelve el tormento, ahora el esposo de su amada es el fantasma que le persigue como antes hiciera el hombre al que marcó en la guerra, “lo maté de nuevo” se dice el cirujano antes de cortarse su pene. Murray lo visita, se nos muestra su impotencia y dolor al ver a su amigo en semejante estado, al sentir su agresivo rechazo

Es entonces cuando Minor acepta que el director experimente con él, “terminemos con esto” le pide y tras los “tratamientos” queda como un vegetal. Y así hubiera acabado sus días  de no ser por sus amigos, Muncie que se enfrenta a su jefe para que el filólogo y Eliza puedan ver su lamentable estado. Emociona ver a la mujer hablar y tocar a su amado con dulzura logrando que le mire a los ojos, emociona su sentido “Si hay amor, entonces más amor” que lo saca de su pozo

Paralelamente se nos muestra otro gran amor de mujer. El Amor de Ada que va a ver a los académicos de la Oxford University tras la renuncia de su esposo, Murray se niega a seguir ante su exigencia: suprimir la referencia a la colaboración de Minor al saber de su “locura”.  Ella les suelta:

Algunos de ustedes piensan que mi esposo es un “tonto”, pero no lo es. Él ve al mundo con sus múltiples opciones y elige ser lo que es. Dos de esos hombres (auténticos) se encontraron en nuestro tiempo: él y su amigo el asesino “loco”. Juntos nos han dado algo extraordinario. Estoy aquí para pedirles que hagan una excepción a nuestra naturaleza predominante (la no empatía del rigor), para pedirles que no los castiguen por ello

Y Murray -con el apoyo de Ada y Eliza- mueve cielo y tierra para que revisen el caso de su amigo consiguiendo que lo deporten a su país. Minor sacó a Murray de la ciénaga en la que se encontraba su faraónico proyecto, y ahora él le corresponde sacándolo de esa cárcel física y mental.  Vemos cómo en su salida del sanatorio los dos se despiden más en miradas que en palabras, cómo Minor le pregunta por Eliza al partir la diligencia que le lleva al puerto para su regreso a su tierra natal

Amistad y amor que vencen duros obstáculos, Minor es libre. Y los académicos ceden, Murray recupera su proyecto reflejando en él la colaboración de su amigo. Liza confiesa en la revisión del caso que su esposo no fue siempre un buen esposo y padre, lo confiesa estando presente en la sala su atormentada hija mayor

La película nos retrata un caso real que refleja una realidad a menudo olvidada: se puede salir de los pozos si hay amor

Este ensayo es la revisión del publicado en el diario CyL




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