Quién te cantará: En la ambivalente búsqueda de la propia voz

 



Who’s bad?

Mickael Jackson

 

Carlos Vermut nos ofrece una película excepcional que evoca grandes obras de directores míticos como Bergman, Hitchcock o Almodóvar. Quien te cantará (2018) es un retrato de distintas mujeres perdidas cuyas vidas se interrelacionan gracias a la música. Mujeres madres o que actúan como tales y mujeres hijas. Mujeres enredadas que buscan deshacer ese cordón umbilical psicológico que las asfixia –en ambos sentidos- para expresar su propia individualidad, su propia voz. Mujeres solas a pesar de tener compañía, mujeres sumidas en el dolor de la frustración ya sea de una vida recorrida que no las satisface o de una vida por delante que no se atreven a iniciar

Y de todas ellas destacan Lila y Violeta -interpretadas brillantemente por Najwa Nimri y Eva Llorach- mujeres de sentimientos confrontados que eligen “liberarse” a través de la maldad reprimida

Paralelamente es protagonista en esta historia de vidas femeninas cruzadas la inmensidad del mar, la inmensidad del mar que tiene en su amplio horizonte la imagen simbólica de las infinitas posibilidades más allá del miedo a salir del propio encierro. Y el latido del mar como un ritmo musical eterno que atrae y recuerda el ambiente uterino: la ambivalente madre que protege y que limita. Y así mismo la ambivalencia del mar como generador y ahogador de vidas…

En efecto, en la inmensidad marina de la costa gaditana se desarrolla esta excelente e inquietante película que se analiza a continuación, análisis que inevitablemente contiene spoilers



Ellas

La famosa cantautora Lila Cassen intenta suicidarse en la orilla de su playa privada. Al despertar nada recuerda de sí misma y aunque es capaz de identificar en una fotografía a la diva Lila no puede reconocer que es ella la retratada. Vermut nos lo muestra elegantemente con el contraste de la fotografía en luz que ella observa frente al posterior reflejo del negro espejo de la tablet apagada en el que apreciamos su desconcierto

Lila está totalmente perdida, la vemos regresando al hogar no reconocido con mirada de asombro. Es Blanca –la mujer que siempre ha estado a su lado y tanto ha contribuido a su exitosa carrera- la que con paciencia y cuidados casi maternales le ayuda en su día a día. Y le explica que se “desmayó” tras saber que volvería a actuar en los escenarios. Y es que la diva ha estado inactiva desde que murió su madre al poco de editar su último álbum y ahora tiene que actuar para poder seguir manteniendo su lujoso tren de vida

Tiene que volver a ser ella y con ese fin ve vídeos suyos y busca información en internet. Y localiza a Violeta, una mujer que trabaja en un bar karaoke y que la imita a la perfección...

Se nos muestra la vida gris de Violeta en contraste con la aparente vida multicolor de Lila: la imagen de la imitadora en el balcón de su humilde vivienda mirando el mar en un día nublado versus las imágenes de la diva en su gran terraza sobre el mar en días soleados

Violeta no es feliz, la vemos andar cabizbaja por las calles. Y se hace evidente lo que le cuesta entrar en casa sabiendo que la espera su joven hija Marta. La chica no trabaja ni colabora en nada, malgasta su tiempo y el dinero que su madre gana con esfuerzo. Y es extremadamente violenta, física y verbalmente. Violeta se siente impotente y cede siempre a sus deseos cuando cuchillo en mano amenaza con rajarse el cuello



Cordones umbilicales

Violeta acepta enseñar a Lila a volver a ser ella, la imitadora va a compartir muchos momentos con esa mujer admirada. Y su admiración va a tornarse en una amistad de atracción mutua, Violeta descubrirá la humanidad de Lila y el valor propio en el sincero interés de la diva. Porque especialmente es Lila quien mira y busca el mirar de Violeta. Es bella la escena en la que las vemos juntas ensayando movimientos de baile mientras suena la canción que da título al filme:  “Qué fácil olvidar, qué difícil será para los dos ¿Quién te cantará con esta guitarra? ¿Quién te hará el amor?”

En el conocimiento mutuo, Violeta explica que quería ser cantante pero lo dejó al ser madre. Y cuando fue madre empezó a ser fan de Lila, cambió su voz por la de esa mujer única, Y precisamente Única es el evocador nombre del karaoke en el que trabaja y canta Violeta

Pero conforme se acerca el día de su vuelta a los escenarios, Lila siente el miedo escénico y confiesa a Violeta lo que a nadie ha explicado. Lila le explica que su madre era cantautora pero no tuvo suerte y se refugió en las drogas. Y que ella empezó a cantar siendo niña por su madre. Todas sus canciones eran de la madre pero nunca lo hizo público por rabia a causa de esa drogadicción que marcó su infancia. Y de ahí que lo dejara todo tras su muerte por sobredosis. Una muerte que Lila facilitó cuando la mujer recayó en la adicción, la salvó en su día al ingresarla en un centro especializado pero decidió esta vez regalarle mucha heroína por su aniversario. Un regalo envenenado el suyo

Lila se confiesa a Violeta al poco de que esta haya permitido que Marta se raje el cuello tras una rabieta. Marta quería beneficiarse de la relación de ambas cantantes, quería vender la historia a los medios. Y eso ya era intolerable para la madre, así que llegado el momento cambió su habitual ceder por un “hazlo”

Así pues ambas son inductoras de asesinatos aunque de formas inversas. Lila se apodera de la voz de su madre mientras que Violeta entierra su voz al ser madre. Ambas estaban ligadas de por vida, una a la madre y otra a la hija. Dos cordones umbilicales psicológicos que las asfixiaban y les impedían ser ellas mismas. Y ambas resuelven la ecuación guillotinando sus respectivos cordones. Violeta –que se nos presenta como la más consciente de lo que ocurre- parece que intuía esa extraña conexión mucho antes de conocer a Lila, quizás por eso a la imitadora siempre le encantó su canción “El vuelo invertido”



Los oscuros motivos

Lila nunca perdonó a su madre, nunca pudo/supo perdonar a la mujer perdida drogada que tantos vacíos y angustias crearon en ella. Lila ayudó a su madre a salir de la droga pero la castigó al anonimato y la mantuvo a distancia con el dinero que ganó –en gran parte- gracias a ella. Era la madre la única y no tanto Lila. Y entiendo que ese no perdón, ese no abrazo de sangre la ha mantenido atada incluso tras su muerte. En realidad Lila mató a su madre mucho antes y no fue consciente de que esa matar le afectaba a ella más que a nadie. Ese robo secreto, esa ocultación la convirtió en sombra de la madre en vez de luz propia. No era su voz, era la de la madre silenciada. Probablemente en el difícil abrazo ambas hubieran podido brillar con luz propia pero Lila llevada por su rabia abortó esa opción potencialmente redentora

Y Violeta se traicionó a sí misma al abandonar su voz por ser madre. Y ese abandono entiendo que nubló su vida, por muy bueno que pudiera ser el entregarse a la maternidad nunca compensó lo perdido. Así puede entenderse que en algo o mucho ese hecho marcara su relación con la Marta niña que creció con una madre insatisfecha y  algo “cobarde”. Esa cobardía parece anidar en la impotente Violeta cuando se enfrenta a su violenta hija. Nunca es responsabilidad de uno solo o una sola los desencuentros humanos. Es injustificable la violencia de Marta pero también lo es –a mi entender- el abandono de Violeta. La madre murió un poco al dar vida a su hija, Violeta se convirtió en una mujer desganada y perdida

En este sentido es significativa la potente escena en la que las vemos conversar en una noche de playa a la luz de los stops de los coches allí aparcados. Una escena onírica en la que hablan en plena fiesta juvenil de los amigos de Marta. La hija implora contundencia y límites a la abnegada madre que perdona en demasía su conflictiva actitud, pero Violeta no quiere/puede cambiar su condescendencia. Las luces rojas del peligro que acecha. En una nueva inversión, así como Lila pudo cambiarlo todo en el necesario abrazo a su madre también entiendo que Vermut expresa que Violeta podría haberlo cambiado todo dejando de abrazar ciegamente. Y en ese no atreverse a ver y actuar en consecuencia materno, Marta se entrega al desenfreno de la música máquina de esa fiesta playera buscando pelear con otros ya que la madre se niega a confrontarla



Bad

Lila no quiere volver a los escenarios pero Violeta –empoderada como está- asume el timón que dejó vacante Blanca y consigue que actúe ante su público. Y lo consigue al cederle una vieja canción suya sin nombre, la falta de nombre que puede entenderse como la falta de confianza histórica en Violeta. La canción resultará ser un éxito en esa vuelta a los escenarios de Lila quien decide renombrarse como Violeta Cassen en un renacimiento simbiótico con su amiga

Una amiga que ha asumido finalmente el poder absoluto permitiendo que muera su hija, substituyendo a Blanca y ofreciendo a Lila su creación musical. Y sin embargo Violeta, ahora que podría ser autora reconocida no aprovecha esta oportunidad que le brinda la vida

Y es que Violeta se siente agotada por tanto desgarro tal y como nos explica Vermut en la entrevista que concedió a 35 milímetros https://35milimetros.es/entrevista-carlos-vermut-quien-te-cantara/ ese reconocimiento a su arte musical le llega demasiado tarde. Así que opta por descansar en el suicidio –que ya le tentó antes de conocer a Lila- dejando un gran vacío en la diva. Lila está muy presente en esta dura decisión: Violeta se pone el vestido que ella le regaló y deja sus zapatos de tacón -como hace siempre la diva- para caminar hacia su muerte elegida en la mar

Who’s bad? nos cuestiona la mítica canción de Michael Jackson; sabemos que todas y todos lo somos en la ambivalencia humana. El problema -entiendo- surge cuando ese “bad” nos lleva a matar o a matarnos como retrata la película y no a entendernos mejor



Apéndice: Simbologías

Quién te cantará es rica en simbolismos. Tal y como se ha comentado el mar es el que más fuerza tiene pero hay otros, destacar:

Los nombres de colores

Vermut escoge colores para los nombres de sus protagonistas y de la mujer despedida. Tres colores interrelacionados, el potente Violeta –ella es en realidad la única, ella es la creadora frustrada- y el suave Lila –así se torna la diva junto a su nueva amiga- tonalidad esta que se genera precisamente al mezclar Violeta con el blanco o Blanca, es decir las dos mujeres que la han apoyado y ayudado a triunfar

La gran casa de Lila

O la casa de quien se aísla y protege de todos, de quien vive encerrada junto a ese oro que son sus trofeos. La gran casa que es como un gran mausoleo donde el tiempo se ha petrificado. La vida está más fuera en ese mar omnipresente que allí dentro

Las uñas postizas doradas 

Uñas que luce Lila como imagen de su poderío. La uña caída que encuentra en el momento de playa compartida con Violeta como símbolo del poder perdido –ni que sea en parte-que ahora ostenta su antes imitadora

Las camisetas

La de la calavera fantasma amable que lleva Marta como imagen de su constante flirteo con la muerte. Y la del escarabajo que primero viste Lila y luego luce Violeta, el escarabajo como símbolo de regeneración, un proceso que anida en ambas

Los zapatos de tacón de Lila 

Los zapatos en la orilla del mar y en la orilla de la cama, los zapatos de la altura del ser diva. Los zapatos que deja con cuidado para desnudar sus pies y estar sola en la inmensidad de la cama o de la mar. Los zapatos de tacón que también deja en la orilla la empoderada Violeta al final de la película, un dejar que puede entenderse como reconocimiento de la vacuidad de su empoderamiento

Este ensayo es la revisión del publicado en el diario chileno CyL 




 


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