Contemplando las estrellas: Del valor de aventurarse a ser libre
Ser libre no
es solo liberarse de las propias cadenas, sino vivir de forma que respete y
mejore la libertad de los demás
Nelson
Mandela
Wallay! Barcelona African Film Festival (https://festivalwallay.com/el-festival/) se presenta como “un viaje a la diversidad y creatividad del continente africano narrado a través de su lenguaje cinematográfico y de sus expresiones culturales, con las miradas y voces de sus propios realizadores”
De entre las películas seleccionadas para la
edición de este año (la séptima ya) destaca la mauriciana Contemplando las estrellas (Simin Zetwall) (2022) de David Constantin que puede
verse en la plataforma Filmin hasta
el próximo 17 de noviembre
Una isla multicultural
Mauricio está considerada como la isla más multicultural del océano índico. En ella conviven descendientes del sur de Asia (indios y chinos fundamentalmente), de otros países africanos como Madagascar y también de los colonos europeos (franceses y británicos). Esa extraordinaria riqueza humana tiene también su reflejo en la cultura religiosa de una tierra en la que casi toda la población se declara creyente
En efecto, los mauricianos practican fundamentalmente el hinduismo, el cristianismo y el islamismo pero también otros cultos y siempre desde el respeto mutuo a cada creencia (también a los ateos y agnósticos). En este sentido llama la atención que su calendario festivo contenga celebraciones de cada una de esas tres religiones principales
La película retrata esa omnipresencia de la fe sea
cual sea visualizando una variopinta imaginería religiosa tanto en los espacios
interiores como en los vehículos
Debo advertir que el análisis que sigue contiene
spoilers, incluido el final
Más allá de lo turístico
Constantin es un director y productor cinematográfico local que como tal conoce bien la realidad de su país más allá de la imagen paradisíaca que ofrecen sus bellas playas y los lujosos complejos hoteleros que albergan a tantos turistas occidentales
Y en ese conocer nos retrata la cara menos amable de Mauricio, las sombras oscuras del lujo y el buen vivir al sol. Porque como bien expresa la periodista mauriciana Lila Chaleon en el medio expat.com (enlace al final), la isla “es hermosa, con su cielo oscuro salpicado de estrellas (ese que da título a la película), sus luces de neón y sus altares, pero también está imbuida de desesperación”
La desesperación de quienes malviven en los barrios más humildes y que a menudo son utilizados por “empresarios” sin escrúpulos en negocios que se sustentan precisamente en la explotación humana
En uno de esos barrios con bares insalubres, talleres clandestinos y chozas precarias vive el joven Rony con su padre viudo. Y en el local de enfrente Ajeya es explotada junto a otras mujeres inmigrantes bangladesís ilegales quienes a modo de esclavas trabajan como costureras para poder pagar las supuestas deudas contraídas con el dueño de esa “cárcel textil”
Huyendo
Aleja y Rony se encuentran en el coche de este, ella se ha escondido allí después de huir del taller oscuro. El joven acepta su compañía a regañadientes al verla acosada e inician lo que será una senda de conocimiento y liberación mutua
Conducen principalmente al amparo de la noche, de las bellas y espectaculares noches estrelladas de Mauricio. Por las solitarias carreteras ambos se van descubriendo en sus historias personales y en su común ansia de liberación
Rony se nos muestra como un buscavidas que no duda en engañar a quien sea en su disfraz de elegante hombre con éxito material con tal de conseguir algunas rupias. Su objetivo es emigrar a Canadá en pos de una vida con más oportunidades económicas, y no le importa dejar solo a su malcarado padre alcohólico. Lo que necesita es conseguir dinero urgentemente para volar a ese país de climatología y modo de vida antagónicos donde cree que podrá ser libre
En cuanto a Aleja, esta se dejó engañar (como tantas otras compatriotas) por los cantos de sirena que prometían un trabajo bien remunerado para poder salir de la miseria en la que vivía en su país. Allí dejó a su madre y a su hijo esperando poder enviarles un dinero que nunca llegó. Así que a la que se le presenta una oportunidad marcha apresuradamente del taller cogiendo la cartera con todos los pasaportes de esas trabajadoras sin poder seleccionar previamente el suyo
Unos documentos retenidos por su patrón a sabiendas que sin ellos ellas no podían regresar a su país. Esos pasaportes amontonados y encerrados como expresión de sus maltratadas identidades esclavizadas
Y unos salvoconductos que son valorados en el mercado negro al que Rony tiene acceso lo que podría darle el ansiado impulso económico para volar rumbo a su “nueva vida” americana. Pero no es la voluntad de Aleja quien en su religioso y comprometido modo de entender no aprueba beneficiarse de ese botín indeseado aunque tampoco se plantea cómo devolvérselos a sus compañeras
De hecho, una noche decide bajarse del coche en medio de la nada reprochándole a Rony que sólo piensa en el dinero. Lo hace tras quedar simbólicamente embarrados en una plantación de cañas en su evitar ser localizados, en su huir improvisado. Y el agnóstico le espeta que ella no piensa en esas mujeres esclavizadas e indocumentadas
Así, Rony le muestra su indeseada sombra a una
mujer que en esa travesía en común ha alumbrado la contradicción que él
encarna. Y es que ambos huyen en pos de una vida mejor evitando poner el foco
en sí mismos
Reparando
Constantin nos los muestra en su reencuentro tras ese bajarse de ella en otra simbólica escena, los dos dialogando entre profundos silencios bajo el espectacular cielo estrellado. Hablan sin casi mirarse, ella de pie observando la inmensidad (la imagen de su mayor conciencia y conexión) y él cabizbajo sentado sobre una piedra (la imagen de su estancamiento). Y como finalmente él se levanta y ambos observan esa naturaleza mayúscula que los cubre mirándose en silencio cómplice
Y se dirigen al cementerio católico en el que está enterrada la madre de Rony quien procesaba el culto hinduista cuyo rito funerario no es para nada ese. El joven lucha en sí mismo entre el entender y ser “blanco” al que el siendo mestizo aspira y la realidad que su madre encarnó. Ella procesaba el mismo culto religioso de su valerosa acompañante de viaje interior
Rony lucha además con las sombras de su padre, un hombre abismado que consciente de su pronta muerte ha emprendido la tarea de restituir la memoria de su ninguneada esposa. En efecto, el padre se ha llevado los restos de esa mujer hinduista para quemarlos como era su voluntad desoída
Y distintas “casualidades” propiciarán que padre, hijo y Aleja se encuentren cerca del lugar que el anciano ha elegido para ese ritual que es la choza aislada que fue el primer hogar de la pareja. Es bello cómo se nos escenifica esa ayuda “sobrenatural”, especialmente la sutil elevación de las hojas del cementerio (un “soplo” que ya ocurriera antes en el barrio donde los fugados se encontraron)
Se nos muestra cómo la improvisada hoguera con materiales de la choza quema los restos de esa mujer madre y una antigua fotografía de la pareja. La madre ha sido liberada y esa liberación de alguna manera ayuda a un mejor morir de su esposo. Y en mayor medida abre la oportunidad de un real mejor vivir para su hijo
Y es que antes de encontrar a su padre, Rony ya había decido empezar a deshacer su máscara de hombre occidental aposentado lanzando sus lujosos zapatos al mar en otra noche de comunión con Aleja
El joven ha decidido dejar de huir –de su pasado, de su realidad, de sí mismo- y de responsabilizar al “otro” (al padre, al país…) para aceptarse y valerosamente iniciar una nueva vida más auténtica
Y Aleja también ha aprendido de ese joven en transformación: se nos muestra cómo regresa a ese taller inmundo para repartir los pasaportes a sus compañeras y cómo estas se unen para evitar que el patrón la retenga
Rony y Aleja ya no huyen, ambos han regresado al horror con compromiso como paso necesario para un verdadero “borrón y cuenta nueva”. En lo económico cuentan con el efectivo de la venta de la vivienda del padre que este –tras años de oposición- ha “bendecido”
Para ella esa mitad que generosa y justamente le ha ofrecido Rony supondrá regresar a su tierra con dinero para intentar vivir mejor. Para él será la base para fundamentar una nueva vida
En el final de esta humilde joya cinematográfica los vemos sentados en un bar, ella con sus vestimentas tradicionales hindús tan acordes con el alma luminosa espiritual que anida en su interior. Y Rony que ha cambiado su indumentaria de ejecutivo por un informal vestir con camiseta de delantero centro de fútbol que puede entenderse como imagen de una voluntad de vivir la vida como un juego creativo, como una aventura aunque sin perder por ello el centro
Sea como sea lo vemos adentrarse entre la multitud
de una calle comercial entre gentes de todo tipo reflejo de la
multiculturalidad de ese paraíso natural que –a pesar de tanto- es Mauricio
https://www.expat.com/fr/expat-mag/8626-cinema-mauricien-le-long-metrage-simin-zetwal-en-salle-depuis-le-24-mai.html
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