Mamífera: Reivindicando la no maternidad

 


La maternidad también puede ser un acto subversivo, igual que la no maternidad. Lo que hay que problematizar es qué tipo de maternidad quieren que ejerzamos, por qué nos quieren domesticadas. No deberíamos estar separadas. Al final, tanto las madres como las no madres estamos luchando contra esos cánones que nos imponen

Liliana Torres

 

La catalana Liliana Torres nos ofrece una espléndida ficción realista protagonizada por una mujer que nunca quiso ser madre y quien ya en la cuarentena se descubre embarazada. María Rodríguez Soto interpreta con brillantez a Lola, esa mujer de convicciones profundas que tal y como dictaminan los protocolos legales ha de esperar tres días para poder abortar

Mamífera (2023) nos muestra con gran naturalidad su sentir y así mismo el de su pareja Bruno (Enric Auquer) durante ese breve pero intenso intervalo que les pondrá a prueba en su entender individual y como pareja

Para aquellas personas que no hayan visto la película debo advertir que este análisis contiene inevitablemente spoilers, incluido el final





Mujeres y pulsión maternal

Se nos muestra el sólido círculo de amistades femeninas de Lola, mujeres muchas de ellas madres o que esperan poder serlo pronto. Y como nuestra protagonista se protege de sus opiniones no haciéndolas partícipes de su embarazo indeseado

Y también se nos sumerge en sus sueños nocturnos -muy bien escenificados y cargados de simbolismos- en los que ella se enfrenta a sí misma y a sus seres queridos

Es el caso del que tiene la primera noche de espera en el que se ve en un paraje desértico (la imagen de su soledad última y de su inapetencia) con un bebé llorando desesperadamente rodeada de biberones y libros sobre embarazo y maternidad. En ese escenario onírico ella aparece muy pequeña y es observada por una gran escultura femenina clásica (Diana). Y cuando se decide a alimentar al bebé descubre que tiene una pantalla en lugar de los pechos. En esa pantalla las secuencias de ADN que ella (artista y docente) utilizó en su clase magistral sobre la diosa Diana reinterpretada como arquetipo moderno

Además, en ese convulso tiempo de valoración, Lola se ofrece como canguro de su hermana y apoya a una de sus mejores amigas que quiere ser madre. En la que quizás es la más bella imagen de la película vemos cómo se abraza en empatía con esa mujer sin hijos que acaba de tener un aborto. Y en esa exploración del sentir y entender personal, Lola visita a su madre para saber más de lo que le supuso la experiencia de tenerla y de cómo la maternidad le cambió la vida

Así, vivenciamos como Lola siente lo que ellas sienten aunque no por esa empatía deja de sentirse diferente a las mujeres amadas con instinto maternal, ella se sabe y se reafirma como mujer que no desea ser madre. Una opción que lamentablemente muchos –y especialmente muchas- no entienden ni a menudo respetan señalando a esas mujeres como egoístas, cobardes, incompletas o frías cuando para nada es así

 



Deseos dispares

Torres llega más allá al plantear el conflicto que pueda generarse cuando una mujer decide abortar y su pareja (sea hombre o mujer) desea que ese bebé nazca

En este sentido se nos muestra como Bruno se va ilusionando con la posibilidad de ser padres y de que Lola cambie de opinión porque a él le apasionan los niños como podemos comprobar en sus juegos con los sobrinos

Y es que si bien Bruno compartía la convicción de ella (una convicción que era uno de los principios fundamentales de la pareja plenamente aceptado por ambos) ahora consciente e inconscientemente día a día se decanta cada vez más en la voluntad de ser padre

Ese sentir de Bruno hace que Lola no comparta todo lo que está explorando y que ni acuda ni responda a las llamadas de su pareja en la víspera de la visita médica previa al aborto. Porque él ha preparado una fiesta de deseo y ella para nada se siente así

Por eso cuando finalmente Lola llega muy tarde a casa, un Bruno ebrio escenifica su querer ser padre no consensuado. Y esa escenificación será entendida (probablemente más por ella que por él, Torres no lo deja claro) como brecha insalvable para un futuro en pareja. En efecto, por mucho que quieran ya no será lo mismo: ambos en su ser más profundo se sentirán mal a causa de esa decisión no compartida y Bruno tiene derecho a ser padre con una mujer que quiera dar a luz

Así, con esta convincente y valiente ficción Torres nos deja claro que si bien la decisión de tener hijos es una cuestión de cada pareja, pesa más el sentir de la madre que va albergar en su seno al bebé, un sentir personal que ha de ser siempre respetado y apoyado por el otro

 

La cita inicial está extraída de una entrevista en el diario El País (https://elpais.com/cultura/2024-04-27/detras-de-mamifera-la-pelicula-en-defensa-de-las-no-madres-que-mas-debate-genera.html)





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